Trastorno del espectro autista

El autismo fue inicialmente descrito por Leo Kaner en el año 1943, y se estima actualmente que ocurre en uno por cada 68 niños, según estadísticas de Estados Unidos. Hay alta recurrencia en hermanos y familiares cercanos, lo que habla de una carga genética que predispone al mismo.

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El trastorno del espectro autista es descripto por el doctor Marco Casartelli, jefe de Departamento de neurología del Hospital General Pediátrico Niños de Acosta Ñu, quien responde en esta nota.

–¿Qué es el autismo y cuáles son los tipos más importantes? –El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por dificultades cualitativas en el desarrollo de habilidades del lenguaje y la socialización, frecuentemente acompañado por patrones restrictivos y estereotipados de interés y comportamiento que se inicia antes de los 3 años.

Se habla de espectro porque existe una gran variabilidad de la sintomatología; por ejemplo, puede ir desde un retraso severo en la iniciación del lenguaje hasta un lenguaje casi docto, muy rico pero de una tonalidad particular (mexicano) o muy brusco y poco amable. Por ello ser portador de TEA no implica necesariamente un retraso del desarrollo.

–¿Cuáles son sus peculiaridades?

–Déficits persistentes en comunicación social e interacción social a lo largo de múltiples contextos, por ejemplo, acercamientos sociales inusuales, déficit en el contacto visual, dificultades en la comprensión del lenguaje hablado y gestual, entre otros.

Patrones repetitivos y restringidos de conductas, actividades e intereses: movimientos motores estereotipados simples, alinear o apilar objetos, apego excesivo o preocupación excesiva con objetos inusuales, intereses excesivamente circunscritos o perseverantes, entre otros.

–¿Qué debe llamar la atención de los padres de un bebé y a qué edad ya se puede notar?

–La sintomatología se presenta luego de los seis meses; sin embargo, los padres pueden describirles a sus niños o como muy pasivos o irritables en los primeros meses de vida. No responden a su nombre o tienen interés inusual en objetos, ventiladores, lavarropas, y poco interés por las personas de su entorno, en ocasiones los padres refieren que “está como en su mundo”. Hay balbuceo pero hay un inicio tardío del lenguaje. En ocasiones se observan conductas repetitivas, como girar objetos o ponerlos en fila.

–¿Qué es lo que se puede hacer cuando no se cuenta con los medios económicos?

–El diagnóstico precoz es útil para modificar la afección. Esto es posible ya que en los primeros años de vida el cerebro tiene una habilidad impresionante de modificar su estructura. Esto se logra a través de una intervención multidisciplinaria en los que deben estar involucrados el neuropediatra, la psicóloga con enfoque de estimulación temprana, el fonoaudiólogo y la terapista ocupacional.

Se puede acudir al Servicio de Neurología del Hospital Acosta Ñu, a la Senadis y al Hospital Nacional, donde obtendrán consulta gratuita. Las terapias pueden ser brindadas en servicios dependientes del Ministerio de Salud y la Senadis.

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