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En el año 2002 el mundo se asombra con el nacimiento del sistema de cirugía robótica DaVinci dando inicio a una era sin retorno: la cirugía robótica se convierte en una realidad.
En sus inicios su aplicación se concentró principalmente en el área urológica, siendo esta especialidad quirúrgica la más beneficiada y la que aún sigue liderando las casuísticas mundiales en el uso de esta tecnología. El cáncer de próstata es el principal objetivo de esta tecnología. Se estima que solo en los Estados Unidos actualmente un 90% de los procedimientos radicales de la próstata por cáncer son operados con el uso del robot.
Más allá de la urología
Pero su uso no se limitó a la urología, rápidamente comenzó a ser adaptada por otras ramas quirúrgicas incluyendo la cirugía general, bariátrica, ginecología, cardiología y recientemente la otorrinolaringología.
En un futuro no muy lejano puedo considerar que la mayoría de los procedimientos se centrará en el uso de un robot. Pero ¿en qué consiste realmente? ¿es el robot el que efectúa la cirugía? La respuesta es no.
Cirugía asistida por un robot
La cirugía robótica debe definirse como cirugía laparoscópica asistida por un robot. El sistema robótico está compuesto de una consola en donde el cirujano integra la visión proveniente del paciente a través de un sistema de cámaras que magnifican el interior del cuerpo humano y sus estructuras diez veces más, asociado a una visión en tercera dimensión. Además la consola posee los controles que permiten maniobrar, los brazos robóticos y la cámara, los cuales siguen el movimiento de las manos del operador.
El robot en sí posee cuatro brazos controlados por el cirujano. Uno de ellos lleva la cámara y los otros tres los instrumentos. Estos poseen una dimensión no mayor a 5 mm y cuyos movimientos simulan la muñeca humana. Este amplio rango de movimiento asociado a una magnificación tremenda carente de temblor hacen del acto quirúrgico algo que puede definirse como artístico.
En parte de los trece años que invertí en el extranjero formándome primero en el Japón en todo lo que hace a la cirugía mínimamente invasiva y la laparoscopía urológica, al experimentar durante los tres últimos años en los Estados Unidos esta tecnología me sentía en otro mundo. Luego de haber experimentado la cirugía abierta, la cirugía laparoscópica y la cirugía robótica me encontraba en una situación de asombro total.
Como cirujano creo que no existe médico que la experimente y que desee volver atrás.
Como ya mencioné el acto quirúrgico se vuelve algo armónico donde la visualización de toda la anatomía humana permiten que el acto quirúrgico se vuelva casi perfecto.
Mi mayor sueño como urólogo es poder tener en mi propio país esta tecnología en algún momento y convertirnos en un centro de referencia no solo local, sino también regional.
(*) Docente en la Cátedra de Urología en el Hospital escuela, participa en el programa de trasplante renal con técnicas de ablación laparoscópica.
fernando_abarzua@yahoo.com