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Los accidentes deportivos de atletas de fin de semana son numerosos y comprometen la mobilidad. El Lic. Raúl Sanabria, especialista en rehabilitación deportiva, comenta que “el esguince de tobillo se puede dar en cualquier persona, deportista o sedentaria. El mecanismo de lesión es por torsión”.
El esguince se divide en tres grados, “el primero se evidencia con leve distensión de los ligamentos. El dos, con distensión acompañado de microrroturas ligamentarias y puede haber hematoma. El tercero ya denota rotura total de ligamento y en algunos casos se acompaña de luxación articular”.
Los signos que pueden observarse, según el licenciado, son “edema y hematoma”. Mientras que “el desgarro muscular es una lesión de las fibras musculares y su desintegración”.
La lesión tiene un proceso, a partir de “un golpe directo o por el estiramiento brusco del músculo, se da más en deportistas de fin de semana por el exceso de esfuerzo físico y la poca preparación previa”, recuerda.
Los signos y síntomas tanto del desgarro como el esguince de tobillo son: dolor, impotencia funcional, edema, hematoma y calor en la zona.
El fisioterapeuta explica que “cuando hay rotura ligamentaria total se acompaña de luxación y se inmobiliza la persona, sin poder pisar siquiera”.
El médico realiza el diagnóstico y posteriormente, el paciente es derivado a fisioterapia.
“Los equipos que se utilizan en la fisioterapia son: campo magnético, por medio de ondas electromagnéticas, que consiguen disminuir la inflamación y aumentar la regeneración del tejido afectado. Por otra parte el ultrasonido, que emite ondas sonoras con el fin de hacer micromasajes por medio de sus ondas a nivel del tejido lesionado”.
Otro método es “la crioterapia, aplicada con hielo, actúa como un antiinflamatorio y analgésico en solo 20 minutos”. Y agrega los “neurotens que actúan en las terminales nerviosas con efectos de electroanalgesia y electroestimulación”.
En las mujeres
La máster Patricia Gutiérrez, dice que las “corridas, torneos deportivos en clubes o colegios, involucran también a los adultos, y es muy bueno. Pero el problema lo encontramos cuando una persona lleva una vida sedentaria de lunes a viernes, y los sábados corre 5, 10 o 15 kilómetros, o realiza campeonatos deportivos de varias horas con un desgaste físico elevado para un cuerpo no acostumbrado”.
En las mujeres también ocurren “esguinces, desgarros, contracturas musculares, lumbalgias, entre otras. Ellas por naturaleza tienen más flexibilidad y elasticidad (mayor cantidad de fibras de elastina en comparación con el varón), esto significa que los ligamentos permiten un mayor rango articular y al mismo tiempo, producen menor limitación a los movimientos forzados que desencadenan un esguince o una luxación”.
La fisioterapeuta apunta a que “se debe trabajar el cuerpo, como mínimo, tres veces por semana; realizando trabajos de estabilización lumbopélvica, refuerzo muscular, elasticidad, resistencia cardiovascular y el control motor y de propiocepción. Esto es la información que llega al cerebro de los músculos, articulaciones y ligamentos, que permite saber en qué posición esta nuestro pie o nuestra rodilla, sin verlos. Es muy importante trabajarlo para evitar lesiones”, culmina.