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Son cirugías destinadas a pacientes que tienen un índice de masa corporal (IMC) por encima de 34,9, límite que puede variar de acuerdo al caso clínico del paciente. El IMC se calcula a través de una fórmula dividiendo el peso del paciente por la altura del mismo al cuadrado. Y es un índice que permite la clasificación de los pacientes en sobrepeso si el resultado es 25 a 29,9 y la obesidad I, II, III y extrema se encuentra a más de 30, 35, 40 y 45. Actualmente existen varias técnicas utilizadas, pero las más común en varios centros especializados es la manga gástrica o gastrectomía vertical. La cirugía tiene mucho menos complicaciones y repercusión negativa a mediano y largo plazo, muy apreciada por los pacientes por estas cualidades.
En la manga gástrica se saca 2/3 del estómago, la porción que sirve de depósito de los alimentos, con esto se disminuye radicalmente la cantidad de alimento que uno necesita para sentirse satisfecho. No se altera el pasaje de los mismos por el intestino, preservándose la absorción de todos los nutrientes requeridos, sin necesidad de recurrir a suplementos vitamínicos de por vida.
Una vez que los instrumentos laparoscópicos y la cámara han sido introducidos en el paciente, el estómago es calibrado utilizando una sonda orogástrica de la medida apropiada para cada paciente, para poder formar la manga del tamaño deseado. Una vez hecho esto se comienza a liberar el estómago mediante el uso de un equipo sofisticado llamado ligasure o el bisturí armónico, con el cual se evita sangrado y se realiza el procedimiento mucho más rápido y seguro. Una vez hecho esto se comienza a cortar el estómago, cortando aproximadamente dos tercios del mismo usando como guía la sonda colocada anteriormente. El corte del estómago se realiza por medio de equipo de vanguardia, cerrando el mismo al momento que se corta mediante tres hileras de grapas de titanio. Una vez cortado y grapado el estómago, se retiran los dos tercios que serán extraídos y el estómago ha quedado ya en forma de manga.
Además de la reducción de la capacidad gástrica, se disminuye además la producción de ghrelina, una hormona que es responsable del apetito, muy importante para el confort del paciente. A través de esto, el paciente disminuye su apetito. Un factor a tener en cuenta es que esta cirugía no altera la absorción de alimentos, con lo cual se evita la posibilidad de desnutrición del paciente que baja de peso. Aunque se recomienda reducir la ingesta de hidratos de carbono (azúcares y pan), no existe ninguna restricción a ningún tipo de alimentación, salvo el derivado de la cantidad que se ingiere. Requiere tres a cuatro días de internación y una dieta de protección del estómago de un mes, a partir del cual todos los alimentos están permitidos.
En nuestra experiencia es muy corto el periodo de convalecencia, permite que los pacientes puedan retornar al trabajo en siete a 10 días. Las actividades físicas se inician al mes y son recomendables. El dolor postoperatorio es mínimo y fácil de controlar con analgésicos comunes. Con este método se pierde en forma relativamente fácil el 70 a 80% del sobrepeso, y con poco esfuerzo se llega al peso ideal.
Además del efecto beneficioso de la pérdida de peso, mejora radicalmente la diabetes tipo 2 y la hipertensión. Mejora la calidad de vida y la posibilidad de estar activo.
(*) Especialista en cirugía laparoscópica y bariátrica.
jmarinmass@gmail.com