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El doctor Eloy Teixeira explica que se denomina várices a la dilatación permanente y patológica, alargamiento y flexuosidad de las venas superficiales de los miembros inferiores, entre ellas la de mayor importancia y frecuencia son las venas safenas internas y externas.
Las varices se originan al romperse el equilibrio entre la presión intravenosas y la estructura valvuloparietal de la pared venosa, lo que impide que la sangre retorne en forma eficaz al corazón. Entre los síntomas el profesional cita el dolor, cansancio, sensación de peso de las piernas; los síntomas ocasionales son el ardor, prurito, hormigueo, edema y calambres o son debidas a complicaciones secundarias, tales como la tromboflebitis superficial, varicorragia, úlcera varicosa, entre otras.
El flebólogo comenta que no existe una manera de prevenir por completo las venas varicosas, pero se pueden tomar medidas, como hacer ejercicio no forzados o de mucho peso, seguir una dieta rica en fibras y con bajo contenido de sal, controlar el peso, evitar los tacos altos, calcetines y ropas ajustadas para dejar fluir libremente la sangre, mantener las piernas elevadas cuando se esté sentado, descansando o durmiendo, evitar exposiciones prolongadas al sol o a fuentes de calor y cambiar la posición de sentado o de pie periódicamente.
También menciona que en los casos de várices esenciales es necesario hacerle entender al paciente el carácter evolutivo de la enfermedad, las posibilidades del tratamiento y sus limitaciones, siendo necesario controles periódicos y tratamiento persistente.
El doctor Óscar Esquivel, flebólogo, nos explica que las venas safenas son dos, la safena magna y safena parva; ambas reciben el drenaje superficial de sangre de los miembros inferiores, a través de otras llamadas epifasciales y devuelven a la bomba central, el corazón, conectándose a las femorales ilíacas venas cavas, completando el circuito circulatorio.
En cuanto a los factores que influyen para un mal funcionamiento de las venas safenas, el doctor comenta que el factor más importante es el genético, motivo por el cual, aunque se tomen los recaudos de profilaxis, desarrollan várices quienes tienen ascendientes varicosos (padre o madre).
Agrega que si a esta condición se le agregan obesidad, sedentarismo, horas muy prolongadas en posición erecta y hábitos nocivos (como el alcohol o el tabaco) con certeza aparecerá el síndrome varicoso. Por lo tanto, el buen funcionamiento de la circulación de retorno (venosa) requiere movilización activa –caminatas–, puesto que la contracción muscular activa a las venas; además se recomienda el peso ideal y una dieta balanceada, es decir, un estilo de vida saludable, enfatiza.
Otras patologías de las extremidades inferiores, artrosis, traumas, la diabetes, entre otras, agravan el cuadro; también estados fisiológicos normales como el embarazo, influyen en la enfermedad varicosa.
“Las várices en sus múltiples formas clínicas y evolutivas son el motivo de consulta más frecuente. Entre las complicaciones serias se encuentran las úlceras infectadas, el sangrado por rotura y la flebitis. Cabe decir que existen otras venas (pelvianas, perineales, escrotales) que per se desarrollan várices estando el sistema safeno sano, por lo cual ameritan un tratamiento específico –embolización con coils–”, cita el flebólogo.
Los cuidados básicos que se deben tener para un correcto funcionamiento de las venas safenas, indica el galeno, incluyen evitar el sedentarismo, la obesidad y estar muchas horas parado –siempre que sea posible, ya que algunas profesiones como las de vendedores, peluqueras, policías, militares, cirujanos, entre otros, lo imposibilitan–.
También recomiendan usar medias elásticas y, lo más importante, la consulta médica. La flebología es una especialidad constituida y la visita oportuna de los pacientes redundará en una mejor calidad de vida, concluye.