Falta de atención

La falta de atención, acompañada por una inquietud motora excesiva, hace que estos niños hiperactivos no puedan focalizarse en una tarea, lo que genera bajo rendimiento escolar.

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La máster Joanna Muñoz, psicóloga clínica y educacional, resalta que lo primero que debemos saber de la hiperactividad es que se trata de un síndrome conductual que acompaña una patología de base en el déficit de atención. Es donde con mayor frecuencia se diagnostica la hiperactividad. Sin embargo, no podemos dejar de mencionar que también existe el déficit de atención sin hiperactividad.

–¿Cuáles son las acciones que alertan a los profesores con respecto a un niño con este síndrome conductual?

–La falta de disciplina del niño es una alerta. El déficit de atención no se trata de que un niño quiera o no atender, sino más bien si puede o no atender. Si la profesora nos transmite algunas características de déficit de atención, como por ejemplo tiempo prolongado de reacción al estímulo o un pobre volumen de selección de estímulos acompañado por una actitud distráctil o dispersa con o sin hiperactividad motriz, sería importante hacer caso y tomar cartas en el asunto para iniciar una evaluación.

–¿Cómo diferenciar un niño inquieto de otro hiperactivo?

–Un niño puede ser más o menos inquieto, y se tiende a confundir esa actitud normal de los niños con la hiperactividad. Esta nunca es normal; se caracteriza por un comportamiento hiperreactivo, perturbador y con una actividad motora excesiva, pero sobre todo sin objetivo. En otros términos, el niño hiperactivo puede, además de mostrarse muy inquieto, no terminar lo que empieza, y hacer algo sin un objetivo claro.

La hiperactividad es más frecuente en los varones que en las niñas.

darzamendia@abc.com.py

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