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Otro factor a considerar con relación a esta afección es estar frente a la computadora, en una mala posición, en largas jornadas laborales; otro componente importante es el estrés.
Se aconseja cuidar la postura. Para el caso de las personas que están largas horas frente a la computadora se indica tener en cuenta la altura del teclado; para que los brazos puedan estar bien apoyados y no sostenidos desde los hombros, pues eso obliga a mantener la zona del cuello y hombros (cintura escapular) en tensión. Además es importante considerar la altura y posición de la pantalla, ya que una muy baja obliga a realizar una flexión de cuello.
Estos dolores cervicales pueden expandirse a la espalda. Generalmente lo hacen, porque la mayoría de los músculos del cuello van a terminar en esta zona, por lo cual, una tensión de dichos músculos compromete a toda la zona de la espalda y los hombros.
Al tener un dolor persistente más de 24 o 48 horas, se debe consultar con un especialista. El médico luego de una exhaustiva anamnesis (conjunto de datos que se recogen en la historia clínica de un paciente) y una cuidadosa inspección física, podría solicitar además estudios de imágenes (radiografía, tomografía, resonancia magnética) para corroborar o descartar el diagnóstico.
Posterior a estos pasos, se podrán elegir las herramientas más adecuadas desde la fisioterapia, para cada caso en particular. Frecuentemente se realiza termoterapia (aplicación de calor) pues el calor mejora la circulación y ayuda a relajar los músculos. También ultrasonido, TENS u otros equipos de electroanalgesia. Y lo que considero más eficaz es la terapia manual, son técnicas especiales que, como su nombre indica, se realizan con las manos; hablamos de liberación miofascial, técnicas de tracción suave para liberar atrapamientos, entre otras técnicas muy eficaces.
Como prevención se indica cuidar la postura, permitirse unos cinco o 10 minutos de pausa en las jornadas laborales, para levantar los brazos, girar la cabeza, hacer círculos con los hombros, abrir y cerrar las manos. Respirar hondo, al menos tres o cuatro veces para oxigenar al cerebro.
(*) Fisioterapeuta