Desde la fonoaudiología

El tratamiento fonoaudiológico de la fisura palatina abarca la alimentación, los hábitos, la sensibilidad, el lenguaje y el habla, la audición, el aspecto psicomotor, así como las orientaciones pre y posquirúrgicas. No debe ser interrumpido para alcanzar el nivel esperado.

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La Lic. Nadia de Font Reux, fonoaudióloga, indica que “es importante la intervención precoz para disminuir las secuelas de la fisura labio alveolo palatina. La rehabilitación completa del paciente es la meta principal, por lo que es indispensable la actuación interdisciplinaria, donde cada profesional hace su evaluación específica, establece un seguimiento pre y posquirúrgico dentro del planeamiento del equipo, así todas las áreas se complementan”, reflexiona.

Resalta además que “el tratamiento fonoaudiológico engloba diversos aspectos, como: la alimentación, los hábitos, la sensibilidad, el lenguaje y habla, la audición, el desenvolvimiento psicomotor, así como las orientaciones pre y posquirúrgicas”.

El desenvolvimiento del lenguaje y habla en los niños debería ser igual a los demás, dice la profesional; sin embargo, muchas veces los que tienen fisuras sufren por influencias ambientales, culturales, emocionales y frecuentemente otitis, que interviene en el desarrollo del lenguaje. “Debido al problema articulatorio, buscan cambiar algunas palabras, o utilizan palabras en lugar de frases con la intención de enmascarar la inteligibilidad.

Por este motivo, las orientaciones sobre el habla y lenguaje deben ser bien direccionadas a los padres y cuidadores desde los primeros días, aprovechando cada momento”, recomienda la licenciada.

Refiere que “durante la preparación, o luego de las cirugías, el acompañamiento fonoaudiológico no debe ser interrumpido. Los padres deben ser orientados sobre los cambios que deberán ocurrir en los hábitos alimenticios y cuidados generales.

En las orientaciones posquirúrgicas se recomienda que la alimentación sea servida a temperatura ambiente, y en forma pastosa, utilizando una cuchara o jeringa, por aproximadamente tres semanas”.

Luego de alimentarse el chico “tomará agua a temperatura ambiente, para mantener limpia el área, donde haya sangrado. La sutura debe mantenerse limpia y seca, no es recomendable el uso de chupetes ni biberones por 20 días. Los masajes recién podrían comenzar después de la retirada de los puntos, con orientación del profesional”.

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