Dengue controlado

La Protobacteria Wolbachia pipientis (considerada entre los virus y las bacterias) es un microbio con un pequeño ADN circular, que vive dentro de las células de la mayoría de los artrópodos, insectos, e inclusive en algunos gusanos nematodos.

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El doctor Eugenio Vargas Peña informa que la protobacteria en ciertas especies hace de parásito, en otras vive en simbiosis y en una tercera sin ella, el insecto no puede reproducirse. Por último, como en el caso de la avispa T. kaykay vuelve infértiles a las hembras. Fue aislada por primera vez en el año 1924 de un mosquito de la especie Culex pipiens por M. Hertig y colaboradores que la denominaron en 1936, W. pipientis. Esta bacteria infecta la mayoría de las células de los órganos de los insectos, pero con preferencia, los testículos y los ovarios.

Existen estudios publicados en donde se ha logrado en pocos días, hacer crecer a W. pipientis en medios de cultivo, eso es, fuera de las células, donde sobreviven; pero sin reproducirse. Como los virus, necesitan introducirse dentro de células vivas para activarse y multiplicarse ya que carecen de la maquinaria genética para sintetizar ciertas sustancias químicas claves para su metabolismo. Estos compuestos químicos, los obtienen de las células que infectan.

Un estudio pormenorizado efectuado en años demostró que W. pipientis, no infecta al mosquito transmisor del dengue, Aedes aegypti, pero a mediados de 2006, P. McMeniman y colaboradores en la Universidad de Queensland, Australia, lograron experimentalmente infectar a embriones del Aedes aegypti con protobacterias obtenidas de Ae. albopictus. La infección en el laboratorio se logró por reproducción asimétrica, eso es, machos infectados a hembras no infectadas. También con una cepa de Wolbachia aislada de la mosca de la fruta (D. melanogaster), se pudo infestar a embriones de Aedes aegypti, generalizándose la infección en menos de ocho generaciones y logrando que las hembras sobrevivan solo la mitad de su vida. El ovario y los óvulos se llenaron de bacterias, llegando así a encontrarse también en los embriones. A este proceso se lo denomina “incompatibilidad citoplasmática”. La infección no se transmite por el espermatozoide del mosquito sino que solo a través de las hembras infectadas con la protobacteria a los embriones que terminan así, condenados antes de volverse adultos. Esto es muy importante porque abrió las puertas para un posible control biogenético del dengue, actuando no sobre el virus mismo, sino que sobre la disminución del agente transmisor, que debido a la adaptación efectiva del mosquito en núcleos de población humana podría ser algún día esta bacteria, una herramienta para contener la epidemia.

El principio se basa en lo siguiente. Solo las hembras “viejas” pueden ser agentes de infección ya que el ciclo del virus del dengue dentro de un mosquito hembra tarda alrededor de dos días para infestar finalmente sus glándulas salivales después de que fueron atacados otros órganos previamente. El mosquito hembra debe obtener el virus al picar a un enfermo con dengue, pero solo cuando el mosquito-hembra es adulta que es cuando el ciclo viral se activa. De manera que para una efectiva diseminación del virus el periodo de sobrevida del mosquito es crítico y Wolbachia, le cercena la expectativa de vida por la mitad. La idea entonces es en un laboratorio, inocular mosquitos machos de aedes con Wolbachia y lanzarlos posteriormente al ambiente. Aunque aún este ensayo está en fase experimental, podría en el futuro ser muy efectivo, ya que la bacteria en principio, no infectaría otras especies de insectos o artrópodos puesto que la infección solo es posible a través de la unión sexual entre mosquitos de la especie aedes y difícilmente pueda entonces producirse un daño ecológico ya que la protobacteria no pasaría al ambiente donde por otro lado, a Wolbachia, le resulta muy difícil subsistir aisladamente.

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