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La profesora doctora Miriam Riveros Ríos, máster en bioética y cuidados paliativos, presidenta de la Asociación Paraguaya de Medicina y Cuidados Paliativos, reflexiona acerca de la realidad de los pacientes graves que llegan al último tramo de sus vidas con sufrimiento.
–¿Existen los cuidados paliativos en nuestro país, y en qué consisten?
–Sí, existen. Los cuidados paliativos conforman la atención especializada interdisciplinaria de médicos, psicólogos, kinesiólogos, nutricionistas, enfermeros, voluntarios, etc., a pacientes con enfermedades potencialmente mortales. La Organización Mundial de la Salud la define en el 2002 así: “los cuidados paliativos constituyen un planteamiento que mejora la calidad de vida de los pacientes (adultos y niños) y sus allegados cuando afrontan problemas inherentes a una enfermedad potencialmente mortal. Previenen y alivian el sufrimiento a través de la identificación temprana, la evaluación y el tratamiento correctos del dolor y otros problemas, sean estos de orden físico, psicosocial o espiritual”.
–Cuando se trata de un paciente con cáncer terminal, ¿qué se hace desde la clínica y cómo se interactúa con la psicología?
–Los cuidados paliativos intentaran aliviar todos los síntomas penosos, como el dolor, que es sumamente frecuente. Quizás el 90% de los pacientes en esta etapa la padecerán, así como otros síntomas como la disnea o falta de aire, cansancio, falta de apetito, entre otros.
Esto se logra mediante una identificación temprana de los síntomas y, de forma rutinaria y continua, ya que son muy cambiantes en el transcurso de los días.
La interacción con los demás especialistas del equipo es fundamental para tratar los síntomas, ya que, por como ejemplo en el caso del dolor, hablamos de un concepto holístico. No solo sufre en cuerpo; sufre la mente, la familia, el espíritu; de ahí la importancia de articular rápidamente con la psicóloga para que pueda identificar los problemas en el paciente y la familia. Cómo afrontar la enfermedad, depresión, y ayudar a la despedida, hasta después de la muerte del paciente, tratar con la familia hasta la etapa del duelo.
–¿Cuál es la forma de tratar a los pacientes que no tienen familiares ni soporte económico?
–Este es un gran problema en nuestro país. Lastimosamente, muchas personas van a morir solas. Desde los cuidados paliativos, queremos que esto cambie desde la posición de las políticas públicas que pueda asegurar la atención integral, universal y equitativa.
Sin duda, más esfuerzos son necesarios desde la actividad tan importante que pueden realizar los voluntarios, desde la compañía, el soporte económico y hasta el apoyo espiritual.
Nadie debería morir solo.
Acompañar al paciente
El seguimiento de un paciente que sale de alta quizá ya con pocas probabilidades de sobrevivir a su enfermedad es muy poco probable, ya que en la mayoría de los hospitales nacionales y centros médicos tal evento ya es responsabilidad de la familia o su entorno más próximo.
Según informa la doctora Riveros Ríos actualmente, “los servicios que brindan cuidados paliativos, como ser el Instituto Nacional del Cáncer (INCAN), el Hospital de Clínicas, el Instituto de Previsión Social (IPS) y la Clínica Divina Providencia, solo cuentan con atención hospitalaria; no existe un equipo de atención domiciliaria”.
“Sin duda, intentamos articular con otros equipos, como las Unidades de Salud Familiar (USF) u otros en forma privada. La gran limitación que se tiene es la falta de capacitación y el acceso a los fármacos necesarios para calmar dolor importante como es la morfina”, dijo.
La especialista menciona que si bien reciben atención de calidad en los centros mencionados, se dificulta cuando deben ir a la casa y precisen el seguimiento domiciliario. “Otro de los deseos que tenemos es que existan políticas públicas que garanticen la atención a todos los pacientes”.
En países más desarrollados, los pacientes cuentan con el acompañamiento de enfermeros y doctores hasta el último tramo de la vida, que los visitan en las casas y cumplen con el tratamiento indicado.