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-La carencia de proteínas de alto valor biológico (más en el caso de la alimentación vegana estricta), presentes en alimentos de origen animal, como carne vacuna, de pollo y pescado.
-Las proteínas vegetales también pueden satisfacer este aporte cuando se combinan a lo largo del día con una variedad de alimentos vegetales. Así, asegurando la presencia de cereales, legumbres y sus derivados en el mismo día es posible conseguir el aporte de aminoácidos esenciales necesarios.
-La alimentación vegetariana aporta cantidades significativas de ácidos esenciales omega-6 (aceites vegetales, como de girasol y de soja), pero pueden ser deficitarias en omega-3. Por este motivo resulta conveniente incluir de forma habitual alimentos ricos en omega-3 de origen vegetal, presente en semillas de lino, nueces y margarinas.
-Otra opción son las algas, que se encuentran solo en ciertos supermercados, o se pueden adquirir como suplementos, ya que contienen cantidades significativas de ácidos grasos omega-3 considerados semiesenciales y necesarios para mantener una buena salud cardiovascular.
-Es importante además suplementar con multivitamínicos, ya que muchas veces la alimentación no cubre todas las necesidades del cuerpo. En cuanto a los minerales, el hierro y el zinc tienen una menor biodisponibilidad en las dietas vegetarianas. Por eso es importante incluir de forma abundante frutas y verduras ricas en vitamina C y ácidos orgánicos, como naranja, limón, kiwi, guayaba, espinacas, brócoli, locote rojo y verde, por citar algunos; puesto que favorecen la absorción de estos dos minerales.
-El calcio puede ser menor en la ingesta de veganos estrictos, por lo que tomar alimentos enriquecidos: espinacas, acelga, calabaza, cebolla, brócoli, repollo, soja, nueces y suplementos dietéticos.