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Por Mariela García (19 años)
No se trata de heridas de bala o golpes, pero, por lo que parece, un periodista que entra en la carrera de la política sale hecho bolsa. Sean socialdemócratas, republicanos o liberales, cualquier ideología que tengan, una vez dentro del juego eso deja de importar, ya que son figuras… venden más imagen que acción.
Pero ¿te imaginás a Mina haciendo una pausita en su programa para pedir votos? Ella ya aclaró que el movimiento al que pertenece no pretende competir en el 2013. Pero todo puede pasar. Lo mismo con Óscar Acosta. Él siempre resulta ser un blanco llamativo cada cinco años para cualquier cargo. ¿Será Menchi primera dama alguna vez?
Hasta a Mario Ferreiro le llegaron propuestas que se suman a la intención que tiene de incursionar en la arena política. Arnoldo Wiens se encuentra a full viendo qué onda con su candidatura. Sea como sea, hay un aspecto que parece ser el común denominador: muchos no aceptan por miedo a “quemar” su nombre y el que lo hace se arriesga al todo o nada.
En la tele son vistos y queridos por el público, sus criterios se respetan y son figuras; en las radios son escuchados con mucha atención, ya que cada cosa que comunican es importante. Pero, muchas veces, los periodistas que incursionaron en la política han dado origen a noticias u opiniones que fueron utilizadas como instrumentos de proselitismo y no como medios de información periodística. Entonces, la gente se cansa de ese jueguito de la “imagen” y responde con un “¡no!”. Muchos están hartos de candidaturas rei o improvisadas.
Que una persona sea popular o conocida no quiere decir que esté apta para un cargo público. Quizás lo sea, pero una relación directa no hay. Mientras tanto, veremos qué otro recurso’i utilizan los partidos para conseguir más votos.
No se trata de heridas de bala o golpes, pero, por lo que parece, un periodista que entra en la carrera de la política sale hecho bolsa. Sean socialdemócratas, republicanos o liberales, cualquier ideología que tengan, una vez dentro del juego eso deja de importar, ya que son figuras… venden más imagen que acción.
Pero ¿te imaginás a Mina haciendo una pausita en su programa para pedir votos? Ella ya aclaró que el movimiento al que pertenece no pretende competir en el 2013. Pero todo puede pasar. Lo mismo con Óscar Acosta. Él siempre resulta ser un blanco llamativo cada cinco años para cualquier cargo. ¿Será Menchi primera dama alguna vez?
Hasta a Mario Ferreiro le llegaron propuestas que se suman a la intención que tiene de incursionar en la arena política. Arnoldo Wiens se encuentra a full viendo qué onda con su candidatura. Sea como sea, hay un aspecto que parece ser el común denominador: muchos no aceptan por miedo a “quemar” su nombre y el que lo hace se arriesga al todo o nada.
En la tele son vistos y queridos por el público, sus criterios se respetan y son figuras; en las radios son escuchados con mucha atención, ya que cada cosa que comunican es importante. Pero, muchas veces, los periodistas que incursionaron en la política han dado origen a noticias u opiniones que fueron utilizadas como instrumentos de proselitismo y no como medios de información periodística. Entonces, la gente se cansa de ese jueguito de la “imagen” y responde con un “¡no!”. Muchos están hartos de candidaturas rei o improvisadas.
Que una persona sea popular o conocida no quiere decir que esté apta para un cargo público. Quizás lo sea, pero una relación directa no hay. Mientras tanto, veremos qué otro recurso’i utilizan los partidos para conseguir más votos.