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El Pombero es un protector de la naturaleza que puede comportarse de forma apacible o desagradable con los humanos. Para ganar su aprecio, basta con dejarle ofrendas como tabaco o caña. En cambio, el Jasy Jateré, el niño rubio que anda con un bastón en la mano en el cual concentra todo su poder, es un genio de la siesta que roba a lo niños y luego los devuelve. Se cree que en cada aniversario del rapto, su víctima sufre un episodio de epilepsia.
“El canto de las sirenas es tan extraordinario que quien lo escucha solo desea alcanzarlas, y claro, se estrella con barco y todo contra las rocas de la isla. Y si alguno sobrevive, ya se encargan ellas de matarlo”. Esto decía Homero en La odisea sobre las ninfas del agua, sin embargo, él no las presenta como deidades femeninas con cola de pez, sino como pájaros con cabeza de mujer, como en principio se creía que eran.
Se piensa que la sirena es una metáfora de la mujer peligrosa y seductora, que siempre desea llamar la atención con su delicada figura, pero solo busca atrapar en sus redes a los hombres y dejarlos a la deriva, para luego ir tras su próxima presa.
Los duendes populares en cuentos o películas de fantasía, también son parte de la vasta mitología. Se cree que son espíritus de la naturaleza ligados con la picardía, por lo cual tienen más contacto con los humanos a diferencia de las hadas o los elfos. Supuestamente, llegan a cada casa y cometen travesuras pequeñas o desagradables, de acuerdo a los sentimientos de la familia, ya que se alimentan de la energía que emana de las personas.
Todos estos personajes pueden ser muy inverosímiles, pero son innegables la magia y la fantasía que aportan a la explicación del funcionamiento del universo.
Por Dayhana Agüero (18 años)