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Si tenés alguna amiga que te parece superdelicada, pero la encontrás sentada en el piso sin que le importe que su ropa se ensucie, seguro se trata de una bailarina. Estas chicas están siempre ocupadas, se muestran competitivas y muy organizadas. Lo bueno es que son de las pocas mujeres que cuando están exhaustas, se sienten felices, porque significa que han practicado lo suficiente en una clase de danza.
La bailarina sabe peinarse y maquillarse sola, así que no gastará dinero en peluquería. No tiene ningún estilo definido de ropa, entonces le podés regalar lo que sea y si no lo usa en su día a día, no importa; lo puede utilizar en alguna coreografía. Además, están acostumbradas a escuchar todo tipo de música, así que se llevará bien, tanto con tu mamá que escucha baladas como con tu amigo metalero.
A pesar de su cuerpo de deportista, tendrás que aguantar que diga que está gorda. Lo fabuloso es que la verás y no encontrarás ni un rollito, entonces no tendrás que mentirle con el “claro que no, mi amor” cuando te pregunte si tiene algunos kilitos de sobra. Está de más hablar de su flexibilidad y estado físico que le permitirá jugar contigo muchos deportes.
Es muy práctica a la hora de hacer los quehaceres, ya que aprendió a coser rápidamente, a lavar todos los días su uniforme y a recojerse el cabello en unos minutos. La podrías ver bailando en un importante teatro y así sorprendería a tu familia o en la tele para que todas tus amigas la conozcan o, simplemente, en el colegio, donde todos los profesores sentirían un gran cariño y aprecio hacia ella. Eso sí, no está permitido ser celoso, pues sea linda o no, tendrá muchos admiradores.
Ella está llena de sueños y, por sobre todo, es muy apasionada. Tenés que saber que ya ha elegido a su verdadero amor: el baile. Así que será muy dificil ser parte de su cuento de hadas. Si sos novio de una bailarina, considerate un ganador, y si no..., ¡animáte y mucha suerte!
Por Lía M. Barrios (18 años)