En las redes sociales, especialmente en Facebook, encontramos algunos personajes que causan curiosidad y hasta un poco de risa por particularidades bien definidas que poseen. Por ejemplo, están las chicas que hacen una selfi con la famosa “boquita de pato” o “pucherito”, acompañada de una frase filosófica o un versículo bíblico que no tienen nada que ver con la foto.
Otras señoritas son tiernas, pero un poco insoportables, ya que, cada tanto, suben imágenes con mensajitos o frases como: “Doy gracias a Dios por haberte conocido” y etiquetan a todos sus amigos, para luego recibir una lluvia de notificaciones por los comentarios de esa publicación. Así, también, los enamorados se manifiestan con sus estados románticos y cursis.
Y cómo olvidar a los populares “femes”, que colapsan el Facebook con sus fotos con filtro y andan mendigando likes. También publican estados como: “Dale MG y te etiqueto”, “comentá y paso por tu bio”. Normalmente, agregan a miles de personas y poseen más de una cuenta porque, supuestamente, tienen “el perfil lleno”.
Los muchachos no quedan atrás, gua'u que no se pasan alzando fotos sin remeras o con musculosas, para que las chicas aprecien sus voluminosos brazos. Ellos ponen frases como: “Vamos mejorando”. Finalmente, están las madres que suben imágenes vergonzosas de cuando sus hijos eran pequeños, y les recuerdan constantemente lo mucho que los quieren y lo orgullosas que están de ellos.
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Es importante saber que todas las personas tienen formas distintas de ser y, a pesar de que no nos agraden algunas de sus publicaciones o comentarios, son nuestros amigos y familiares, por lo tanto, debemos aceptarlos y quererlos tal como son.
Por Valeria Candia (17 años)