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Cada vez son más los casos de jóvenes desaparecidos en el mundo, por ejemplo, en el vecino país, Argentina, los casos de chicas desaparecidas son noticia de cada día. Las señoritas van a supuestas entrevistas de trabajos de las cuales ya no vuelven, –generalmente tienen edad de 18 a 30 años–. En algunos casos los desenlaces son más trágicos, ya que sus cuerpos sin vida son encontrados días después en baldíos.
Las paraguayas también son víctimas de la trata de personas al ser embaucadas por falsas promesas de trabajo en el extranjero, tal vez este no sea un tema tan debatido localmente, lo que no quiere decir que no ocurra. Pero cuando sucede esto, la impotencia se apodera de los habitantes, ya que la mayoría cree que la justicia es solo para los ricos y que los pobres pueden morir en terribles situaciones de las cuales los delincuentes salen impunes si tienen plata, lo que generalmente pasa.
Es injusto que tantas personas sean obligadas a realizar “trabajos”, y más aún, cuando estos son tan inhumanos. Pero las víctimas no son solo aquellas raptadas, detrás de las mismas hay familias y amigos que quedan con la incertidumbre y tristeza de no saber qué pasó con ese ser querido. Lo peor es que muchos de los culpables de estos crímenes siguen libres, cometiendo más delitos y enriqueciéndose a costillas de inocentes.
Algunos casos son seguidos por la prensa, y otros solo quedan en el olvido, serían más de los que vemos en la tevé. Las personas hoy son vendidas como mercaderías. Pero lo más triste es que varias víctimas son chicos inocentes que aún no cumplieron la mayoría de edad y sobreviven en un mundo de adultos enfermos que los acosan, en vez de actuar sensatamente como deberían hacerlo acorde a su edad. ¿Hasta cuándo los jóvenes serán víctimas de abusos sexuales y explotación laboral?
Por Ayelén Díaz (17 años)