Coincidencias que te dejan con la boca abierta

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El actor Anthony Hopkins luego de buscar sin éxito una novela, regresó a su casa en metro, y en un asiento encontró el mismísimo ejemplar del libro que deseaba. Esa es una coincidencia muy llamativa, pero no imposible de creer. Otra casualidad más extraña es la similitud entre el hundimiento del Titanic y una obra escrita 14 años antes. ¿Qué pensás de todo esto?

En el 2010, trabajadores chilenos quedaron atrapados en una mina, a más de 700 m, durante 70 días. Los internautas siguen hablando de la coincidencias que atañen al episodio, por ejemplo, el 22 de agosto los hombres pudieron enviar un mensaje escrito en un papel que decía: "Estamos bien en el refugio los 33", el número de caracteres es igual que la cantidad de personas atrapadas (33). A esto se le agrega que la fecha en la que se vio el mensaje es el 22 de agosto y si se adiciona 22 + 8+ 2+0+1+0, da 33 y para rematar fue en la semana 33 del año.

Las coincidencias entre los expresidentes estadounidenses Abraham Lincoln y John F. Kennedy también generan numerosos comentarios. Ambos fueron asesinados por un disparo en la cabeza un día viernes y en presencia de sus respectivas esposas. El primero murió en el teatro Ford y el segundo, en una camioneta cuya marca es homónima de la sala.

Otra peculiar coincidencia es la relación del compositor alemán Richard Wagner con el número 13. Nació en 1813, sumando cada número da 13, y adicionando las letras de su nombre completo, resulta la misma cifra. Tuvo su primer impulso musical a los 13 años y compuso la misma cantidad de óperas. Para rematar, falleció el 13 de febrero de 1883.

Al actor Anthony Hopkins le pasó algo muy curioso, cuando iba a filmar la película La mujer de Petrovka, el intérprete no había leído la novela, por lo cual quiso comprarla. Luego de buscarla en bibliotecas, sin éxito, regresó a su casa en metro y se percató de que alguien olvidó un libro, al hojearlo, se dio cuenta de que era el que estaba buscando. Luego se le contó a George Feifer, autor de la obra, quien le relató que él mismo había perdido el ejemplar en el medio de transporte.

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A propósito de escritos, en 1898, Morgan Robertson escribió sobre un suntuoso transatlántico llamado Titan, que se hunde al chocar con un iceberg, la cantidad de víctimas y los pormenores del incidente son sorprendentemente similares a lo ocurrido con el Titanic en 1912. Muchos son escépticos ante las coincidencias que existen en estos sucesos; para otros, la mano del destino está metida en estas situaciones.

Por Dayhana Agüero Brítez (18 años)