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A estas alturas no hay quien no recuerde Instinto Básico (Básic Instinct, 1992) como uno de los grandes éxitos del siglo pasado y a su protagonista, Sharon Stone. Recientemente, la actriz confesaba lo que vivió en el 2001 cuando sufrió un derrame cerebral. Hace poco ha estrenado la serie Mosaic para la plataforma HBO.
En un encuentro con unos pocos medios, entre ellos Efe, la actriz, quien ahora cumple 60 años, se sinceró sobre el momento en el que se encuentra su carrera: “Es evidente que ahora soy más mayor y esto altera mi nivel de fatiga”.
“Me siento bien, pero no puede volver a pasar lo de la última vez, que fue como ¡pum!; ahora eres increíblemente famosa”, confesó. Pero ¿cómo fue ese antes y después de su “instintiva” fama? Lo cierto es que la de Sharon es una historia con mucho que contar.
Niña prodigio y modelo juvenil
Norteamericana de ascendencia irlandesa, Sharon Yvonne Stone nació el 10 de marzo de 1958, en Meadville, Crawford County (Pensilvania), fruto de la unión entre Joseph William Stone II y Dorothy Lawson.
Su familia era de clase modesta: su madre era vendedora de una firma de cosméticos y su padre, operario en una fábrica. Es la segunda de cuatro hermanos, con dos varones: Michael, el mayor; Patrick y una hermana pequeña llamada Kelly.
Desde niña, Sharon demostró una inteligencia superior a la media y con cinco años entró en segundo grado (que en los Estados Unidos equivale a los estudios que se cursan entre los siete y ocho años). A los 15 ingresó a la Universidad de Edinboro (Pensilvania) para estudiar Arte y Escritura con una beca. Y es que, con un coeficiente de inteligencia de 154, la actriz es también miembro de Mensa (Asociación Internacional de Superdotados, por sus siglas en inglés).
En su adolescencia se destacó por su belleza, además de su cerebro. En 1975, tras graduarse en la Saegertown High School de Pensilvania, resultó ganadora del certamen Miss Crawford County, por lo que participó después en el concurso de belleza de Miss Pensilvania.
Durante esta época, Sharon trabajó en un restaurante de comidas rápidas, ingresó a la agencia de modelos Ford de Nueva York; comenzó a estudiar interpretación, de la mano de Jack Waltzer y Marilyn Freid, y apareció en spots televisivos para marcas como Revlon, Coca-Cola (Diet Coke) y Clairol.
El salto al cine vino en 1980, cuando apareció durante una escena en el filme Stardust Memories, del director Woody Allen. Posteriormente, tuvo otra breve participación en la película de Claude Lelouch, Les Uns et les Autres (1981).
En esta etapa, Sharon también apareció en series y telefilmes como Magnum, Mike Hammer o Remington Steele. Asimismo, participó en diversas películas de televisión, como Not Just Another Affair (1982) o Calendar Girl Murders (1984).
En el cine hizo algunos papeles secundarios y trabajos en películas de menor repercusión, como King Solomon's Mines (1985) o Police Academy 4: Citizens on Patrol. Incluso, participó en el cine español, en la película, Sangre y arena (1989), dirigida por Javier Elorrieta.
Instinto que consagró la fama
Pero la antesala al estrellato llegó a los 32 años, cuando apareció junto con Arnold Schwarzenegger en el filme de ciencia ficción Total Recall (1990). Justo en las mismas fechas en las que fue portada de la revista Playboy.
Fue dos años después cuando tuvo lugar su éxito más recordado: el papel de Catherine Trammel en Basic Instinct (1992), de Paul Verhoeven y que la actriz coprotagonizó junto con Michael Douglas. Un éxito de taquilla que rozó los USD 353 millones y supuso la consagración de la fama mundial de Sharon, así como el reconocimiento a su interpretación con una primera nominación a los Globos de Oro.
Después de ese triunfo, su carrera fue un no parar, con títulos como Sliver (1993), The Specialist (1994), Casino (1995), por el que ganó un Globo de Oro y fue nominada al Óscar, o The Mighty (1999) y The Muse (2000), que le valieron otras dos nominaciones a los Globos de Oro. Justo después de esta última película, Sharon sufrió un derrame cerebral en el 2001 a la edad de 43 años, aunque no lo desveló hasta hace poco para Radio Times, en el que confesó que en aquellos dramáticos momentos “tenía un 5 % de probabilidades de sobrevivir”.“Durante casi tres años no fui capaz ni de escribir mi nombre. No lograba hacer que mi brazo escuchara a mi mente, así que tuve que aprender a leer y escribir de nuevo. Tuve que aprender a hablar otra vez. Pasaron años antes de que volviera a sentir la pierna izquierda, pero finalmente regresé”, dijo la actriz.
Este suceso explica el vacío en su filmografía desde el 2000 hasta el 2003. Tras eso, pese a apariciones en películas con mala crítica, como Catwoman (2004) o el estrepitoso fracaso que supuso la segunda parte de Instinto Básico (2006), Sharon se mantuvo presente en el mundo del cine.
Así, apareció en filmes como Five Dollars a Day (2008), Streets of Blood (2009), Fading Gigolo (2012), Gods Behaving Badly y Lovelace (ambas del 2013), Love in Vegas (2014) o Running Wild (2017), entre otros muchos, y en la serie Law & Order en el 2010.
Regreso
Stone se ha sumado, de manera presencial, a la etiqueta #MeToo, que sacó a la luz una oleada de casos de abusos sexuales en Hollywood. Fue durante el programa Sunday Morning, de la norteamericana CBS, cuando el presentador Lee Cowan preguntó a la actriz si había sido víctima de algún caso. Stone respondió primero con una carcajada antes de hablar.
“¿Es una broma?”, inquirió y prosiguió: “Por supuesto que tengo historias que contar. Llevo en este negocio 40 años. ¿Puedes imaginar cómo era esto cuando aterricé entonces? ¿Luciendo como me veo, siendo una desconocida de un pequeño pueblo perdido de Pensilvania?”. Sin dar más detalles, Sharon sentenció su caso: “Nadie me protegió cuando llegué aquí. Lo he visto todo”. Y, al preguntarle sobre la igualdad y el machismo, opinó que “las mujeres a menudo pierden su propia identidad para amoldarse a la del hombre con el que están”.
“Ya no buscamos igualarnos al hombre en tanto a sus características. Estamos empezando a ser agradecidas con nuestros propios dones como mujeres y a dejar de pensar que tenemos que comportarnos como hombres para estar empoderadas”, añadió.
Poco después se reafirmó en esta línea de pensamiento para la revista Grazie: “Yo nunca he sido de esas chicas que pensaban que un hombre definiría su existencia”.
Además, en el encuentro con medios, Sharon mostró su disconformidad con la importancia que prensa y público daban a su edad: “Con cada papel que aspiro a tener se pone en cuestión si tengo la edad adecuada.
Todo lo que leo sobre mí es sobre qué edad tengo. Dicen mi nombre y, luego, mi edad”, comentó la actriz, y añadió: “Si tengo una cita, se trata de cuántos años menos que yo tiene el chico con el que salgo”. Podría estar refiriéndose con esta última declaración al inversor inmobiliario Angelo Boffa. Anteriormente, la actriz había estado casada con Michael Greenburg y Phil Bronstein, y relacionada sentimentalmente con George Englund Jr, William J. MacDonald, o Martin Mica. De hecho, es madre de tres hijos adoptados: Roan Joseph Bronstein (del que perdió la custodia en el 2008), Laird Vonne Stone y Quinn Kelly Stone.
Y, aunque se ha definido en los medios como “madre soltera”, recientemente acudió con Boffa a la presentación de su último trabajo: la serie de HBO Mosaic, en Nueva York.
“Estoy encantada de rodar de nuevo, algo que durante un tiempo creí que no volvería a hacer jamás”, había comentado sobre este último trabajo en dicho encuentro de prensa, tras hablar sobre su derrame y mostrarse “muy agradecida de tener la oportunidad de envejecer”.
EFE Reportajes