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La primera comunión es trascendental en la vida de todo niño. Se trata de un acto totalmente católico en el que el protagonista reúne a su familia más próxima para comulgar por primera vez. En ella se recibe el sacramento de la eucaristía transformado en pan (hostia) y vino, símbolos que remiten al cuerpo y sangre de Cristo. Sucede alrededor de los 7 u 11 años de edad, no sin haber cumplido con dos sacramentos previos: el bautismo y la confesión.
Si bien es un hecho de elevada preponderancia, no se equipara con una boda ni es igual de íntimo que un bautismo; es decir, se encuentra en un lugar intermedio.
Vestimenta
Se recomienda que los niños lleven ropa sencilla, pues no todos tienen el mismo poder adquisitivo, y así se unifica sin que nadie se sienta inferior. Las niñas usan vestidos y zapatitos blancos, y algún accesorio en el cabello. Los niños van de traje (saco, camisa, corbata) o pantalón oscuro y camisa blanca, con corbata. Los adultos pueden usar tenida de cóctel. Vestido o traje chaqueta, en el caso de las mujeres y los hombres, traje oscuro. Esto es muy personal, ya que las costumbres varían, pero no se equivocarán si se guían por el sentido común y la moderación.
Estampitas o recordatorios
Los niños suelen entregar un pequeño recuerdo de su primera comunión a los invitados, ya sea una tarjeta u otro detalle físico, con su nombre, la fecha y el lugar donde realizó la comunión. El modelo a adoptar dependerá del gusto de cada uno y recuerde permitirle al comulgante elegirlo.
Cómo festejar
La celebración no deja de ser familiar y centrada en el niño, porque, al final, es su día. Los adultos invitados deben ser la minoría (abuelos, padrinos y amigos). Tienen prioridad los primos, compañeros de colegio y juegos, que deben ir sin hermanos o padres. Si el acto litúrgico es por la mañana, bien se puede ofrecer un brunch o almuerzo. En el caso de la tarde, se puede celebrar con una merienda, un cóctel o una cena, siempre que no finalice muy tarde, pues es un evento infantil.
Para la ocasión, no se precisa de ninguna decoración en especial, ya que es un festejo religioso que no requiere de colorido alguno, como podría ser un cumpleaños; en todo caso, puede predominar el blanco.
Qué regalar
Antiguamente, los invitados llevaban como regalos tradicionales biblias nacaradas, rosarios, etc. Hoy se aconseja regalos más modernos, como videojuegos y electrónica.
Recuerde. No es necesario realizar gastos exagerados, no se preocupe demasiado en la vestimenta ni en la comida para los invitados. Lo importante es no perder de vista que el verdadero valor radica en “este encuentro espiritual con Dios”, y en compartir la alegría con la familia y los amigos.
Hasta la próxima entrega.