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La Miami Fashion Week escala posiciones y se sitúa entre las más deseadas por los diseñadores. Cada vez son más los creadores internacionales que muestran allí sus colecciones, como la firma italiana Roberto Cavalli.
Proyecto sólido
"Miami está muy relacionado con la moda, más de lo que parece", explicó Antonio Banderas, quien asegura que la pasarela de Miami quiere convertirse en la principal Semana de Moda de las Américas, Latinoamérica incluida.
El actor español es presidente honorífico de esta pasarela y comentó durante la celebración del evento que "los grandes diseñadores del mundo ya se están fijando en que aquí hay un equipo serio y un proyecto sólido", y auguró para el año que viene la presencia de "grandes marcas" de prestigio internacional.
"Somos conscientes de que los cambios que tienen que haber serán lentos, pero se debe empezar a ser consciente de cómo vive", explicaba Antonio Banderas.
La Miami Fashion Week está sensibilizada con el medioambiente. "Cuando empecé a tomar clases de diseño de moda en Londres, no tenía ni idea del daño que esta industria produce al planeta", dijo Banderas, quien desea que cada vez sean más las colecciones que se presenten en este escenario con "materiales reciclados".
Así, se habló de abrigos confeccionados con botellas de plástico rescatadas del mar, de chaquetas reflectantes que se convierten en tiendas de campaña para refugiados y hasta de prendas realizadas con hojas de piña.
Javier Goyeneche, creador de la marca de moda sostenible Ecoalf, ofreció una conferencia con motivo de esta pasarela, en la que contó que su empresa confecciona prendas "con hilaturas realizadas con botellas de plásticos rescatadas del fondo de los océanos".
Con su proyecto "Upcycling the Oceans", tiene el objetivo de contrarrestar los 450 años que tarda una botella en desaparecer e intentar "disminuir las 650.000 ton. de redes de pescar que habitan en el fondo del mar".
Menor polución
En ese mismo escaparate, también se habló de la nueva piel vegetal que se hace con hojas de piña. Zapatos, bolsos y accesorios se fabrican con una piel vegetal hecha a base de hojas de la piña, como las que produce la española Carmen Hijosa, quien, años atrás, apostó por la moda sostenible.
Estas fibras son una alternativa innovadora y sostenible ante la tradicional elaboración del cuero, un proceso que contamina el agua.
Tras años de investigación y pruebas, Hijosa descubrió que, al cortarse las fibras en capas y ser procesadas como un textil, adquieren texturas similares al cuero, y encima es sostenible y económico, lo llamó Piñatex.
"Tenemos que pensar diferente. Tiene que haber un cambio", dijo Hijosa, quien desveló que para producir un metro cuadrado de tapicería hecha de Piñatex, se necesitan 480 hojas de fibra de piña, es decir, unas 16 piñas.
Durante la semana de moda también se observó gran sensibilidad hacia los refugiados. La diseñadora estadounidense Ángela Luna considera que "el diseño de ropa no tiene solo un uso estético", y por ello presentó una chaqueta que se convierte en una tienda de campaña "y resuelve la necesidad de cobijo para refugiados", según comentó Luna.
También se han visto las colecciones de playa o resort de diseñadores, como los españoles Ágatha Ruiz de la Prada, Alvarno, Andrés Sardá y Custo Barcelona; los venezolanos Ángel Sánchez y Óscar Carvallo, o los mexicanos Benito Santos y Pamela de Haro.
"Miami es la capital de América Latina y ojalá que se convierta también en la capital de la moda en Norteamérica", dijo Ágatha Ruiz de la Prada, quien presentó prendas fáciles de llevar.
El diseñador Custo Dalmau cree que Miami "tiene los genes para convertirse en una gran plataforma internacional de la moda y es en esta ciudad, la capital de Latinoamérica, donde busco consolidar mi proyecto de expansión internacional".
Para nosotros, Miami es un lugar importante, es la puerta de entrada para América Latina y su capital real", insistió, tras resaltar que esta ciudad del sur de Florida "es un referente cada vez más fuerte que no para de crecer, al igual que América Latina en general".
"Hay que reconocer que la industria textil 'poluciona'. Pero cada vez hay más controles en las fábricas para reducir este nivel de contaminación. Nosotros trabajamos con fábricas que están homologadas con las calificaciones más rigurosas", aseguró Dalmau, quien mantiene su "laboratorio creativo" en el Prat de Llobregat (Barcelona, noreste de España).
A estos diseñadores se sumó la presencia del cubano-estadounidense René Ruiz; los colombianos Carolina Estefan, Daniela Batlle y Lina Cantillo; los peruanos Aguaclara, Yirko y Claudia Bertolero; la italiana Ana María Guiulfo, entre otros creadores, quienes viven la moda con ojos sostenibles.
EFE reportajes
Fotos: EFE