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Luego de integrar varias bandas y haber sido solista, unió su don a la portentosa voz de Adriana Valdez (27), quien –criada en un hogar lleno de música y arte– anhelaba fervientemente transmitir emociones a través de su canto. La fusión entre ambos artistas rápidamente ganó terreno, y lograron presentar su show musical en diversos locales nocturnos de Asunción y alrededores. Caña y Miel, como se denomina la banda, es el complemento perfecto de la expansión musical, pues, además del hard rock que los caracteriza, el rock clásico, el pop rock y otros géneros musicales forman parte del repertorio.
Hoy, la banda trabaja en publicar los primeros videoclips de sus covers y adelanta, además, que se prepara para lanzar al mercado musical sus primeros temas, con miras a su primer disco.
¿Cómo se inicia su amor por la música?
N: Tenía alrededor de 16 años cuando empecé. Sabía un poco de teclado y guitarra; todo muy básico, y disfrutaba mucho leer sobre música. Recuerdo que un día, al llegar del colegio, estaban pasando en un canal de televisión un videoclip de los Guns N’ Roses y me quedé impactado. Me llamó mucho la atención la presencia y potencia de la guitarra eléctrica; en ese momento me propuse profundizar en los conocimientos que ya tenía sobre el instrumento. Compré la guitarra de mi hermano e inicié una persecución de aprendizaje, acechando a cualquier amigo que ejecutara la guitarra. Poco a poco, las cosas se fueron dando, pues con el tiempo empecé a ser parte de diferentes bandas de amigos y compañeros de colegio. A: En mi caso, mi enamoramiento por la música empezó desde que tengo memoria. En mi casa siempre estuvo muy presente la música, ya que mi papá nos despertaba cada día con música clásica o temas de Queen, pues él era muy fanático de la banda británica. Mi mamá, por su parte, ejecutaba la guitarra; siempre tocaba una guarania o alguna zamba. Me inculcaron desde niña lo que es la música y es lo más hermoso que me pudieron heredar como padres; ellos me enseñaron a amar todo lo que sea arte.
¿En qué momento decidieron unir sus voces?
N: Me habían solicitado presentarme en una boda, pero se dio la casualidad de que en ese momento había abandonado la banda en la cual estaba trabajando. Entonces apareció Adri, quien deseaba iniciar su carrera como cantante a toda costa. Ya nos conocíamos de años atrás, pero no sabía que ella podía cantar. Nos juntamos para probar, y creo que desde ese momento conectamos y empezó la química funcional, para no detenernos.
¿Fue complicado ajustar sus gustos musicales?
N: No, a los dos nos gusta mucho el hard rock y la música contemporánea. Aunque siempre existen desacuerdos, ya que a mí me gusta más el hard rock, y a Adri, el rock clásico y pop rock, fuimos ajustando de a poco, para posteriormente expandir juntos los diferentes estilos.
¿Cuál creen que es el mayor desafío que tienen como músicos?
A: El mayor desafío que siempre tiene un músico es su identidad, es decir, que la música sea la identidad del músico y este sea la identidad de su música; tener una voz propia, para lograr vivir y sobrevivir con eso.
Hoy, ¿la música en vivo es más apreciada en el Paraguay?
N: Sí, existe una generación –de los que hoy tienen 30 años o más– que está más acostumbrada a ir a conciertos y disfruta más de la música en vivo. Sin embargo, los más jóvenes solo disfrutan de la música en vivo en cierto modo o momento, pues tienen otras distracciones.
¿Creen que han logrado ese acercamiento necesario con su público?
A: Sí, siempre nos sorprende la cantidad de gente que nos sigue a todas nuestras presentaciones. Llevamos adelante Caña y Miel hace apenas dos años, y es sorprendente cómo el público se mantiene con nosotros y no se olvida de nuestra música.
¿Dedican todo su tiempo exclusivamente a la música?
N: En mi caso, sí. Me dedico por completo a la música, pues además de estar trabajando siempre en la parte de la composición, también toco con otras bandas. En este momento estoy terminando todas las composiciones para una serie denominada Épico y ya cuento con otros dos documentales en puerta. Así también, hago espacio para la docencia, pues enseño guitarra popular. Adri, por su parte, tiene un trabajo en el cual debe cumplir horarios laborales, pero también siempre está presente al 100 % con la música.
¿Qué estilo de música es la que los define como Caña y Miel?
N: Nos enfocamos mucho en el hard rock, pero así también en otros estilos de rock, por la presencia y fuerza que transmiten, la vida que tienen y, más que nada, por el nivel de interpretación pasional que lleva el estilo. También tocamos un poco de pop rock; formamos una banda bastante abierta a diferentes matices dentro del mundo de la música. Con Caña y Miel podemos tocar desde Queen hasta Tracy Chapman, desde Aerosmith hasta Lady Gaga; así, la banda va teniendo menos limitaciones sonoras.
¿Tienen temas propios?
A: Sí, tenemos varios, pero todavía están en el horno. Existen planes de lanzar un disco próximamente, así que en un tiempo prudencial estaremos presentando los temas propios de Caña y Miel.
Además del disco, ¿existen otros proyectos?
A: Sí, en este momento estamos trabajando en los videosclips de los covers que hacemos y, poco a poco, en los materiales visuales de los que serán nuestros temas.
¿Qué creen que es necesario en el Paraguay para que la música hecha acá logre ese destaque que se consigue en otros países?
N: Acá falta, por sobre todo, difusión y lanzar temas con los que la gente se involucre; lograr el trabajo desde el fondo de la composición, llegar al oyente y que este haga suya la canción, que se identifique con ella.
El enamoramiento por la música no solo los unió como artistas, pues además de la química que existe en el escenario, ambos músicos gozan de una enérgica conjunción armónica que los destaca como personas.
Nelson Amarilla y Adriana Valdez
Unieron sus dones para la música hace apenas dos años, pero desde ese momento han logrado afianzarse como músicos sobre cualquier escenario. A punto de lanzar sus temas propios, anhelan tener próximamente su disco.
La música en el Paraguay
Aunque rico en cultura, el Paraguay es –desde hace tiempo– un país globalizado a la hora de seleccionar música, pues así como cada vez están más presentes los temas propios del país, también existe un abanico gigantesco de opciones traídas de afuera, por lo que nuestros artistas no solo deben conocer sobre la rica historia de la música paraguaya, sino que, además, ampliar horizontes para deleitar los diversos gustos musicales y a cualquier público.
Fotos: Celso Ríos, gentileza