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Siempre elijo un make up que realce la belleza, los rasgos y el estilo de la madrina, quien ocupa un rol muy importante, y tanto como la novia será el centro de atención. Según el look de cada mujer, para esta ocasión en que las emociones están al límite, el maquillaje merece toda la atención y dedicación; por eso debe ser duradero, estar en armonía con el peinado, el vestido y el color de piel.
Para esta madrina, que lejos de endurecer sus rasgos a través de cirugías o rellenos malhechos, con el maquillaje corregí algunos defectos, para hacerla lucir más joven, revitalizada y activa.
Para empezar, preparar la piel, aplicar una buena loción humectante y un reparador celular, como el sérum. La base de maquillaje debe ser superhumectante y siliconada, lo que brindará un aspecto reluciente. En cuanto al color, es preferible que sea en tres tonos, según queramos iluminar o profundizar cada zona del rostro. A veces, recomiendo colocar una sutil base satinada para otorgar el efecto de una piel húmeda y joven. Evitar la aplicación de exceso de polvo en la piel.
Un signo de juventud son las cejas, por lo que recomiendo maquillarlas siempre con una sombra lo más parecida posible al color del cabello y peinarlas.
Los ojos bien delineados y la aplicación de pestañas postizas individuales imprimen fuerza a la mirada. Elijo sombras cremosas o crayones que otorgan más naturalidad; los ojos aparentarán más grandes con tonos sutilmente anaranjados. Aplicar rubor cremoso. Los labios, bien delineados, resaltarán la sonrisa.