Etiqueta y protocolo en la familia

Nuestras familias necesitan también de nuestra buena educación, cariño y afecto. Los buenos hábitos deben empezar en casa.

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La convivencia con la familia, amigos, vecinos o personas muy allegadas no requieren de rigurosas normas de protocolo, pero sí las elementales para convivir en armonía. En ese contexto, no debemos olvidar que principalmente los niños repiten y actúan de acuerdo a lo que oyen y ven en la casa, el colegio, la calle, los medios de comunicación, las redes sociales y, en algunos casos, sin saber el significado de lo que dicen y hacen. Por estas razones, la importancia del ejemplo de los mayores y, por otras, el poner algunos límites a los programas de televisión e internet es la mejor enseñanza que podemos dar a nuestros niños. Hoy día, vemos la necesidad de rescatar nuevamente valores desatendidos últimamente por la imposición de una sociedad dependiente en su mayoría del consumismo, olvidándose del “ser” y conformándose solamente con el “tener”.

Algunos buenos hábitos que los padres no deben olvidar de transmitir son

Respeto: fundamental para toda buena convivencia. Este ingrediente no debe faltar en nuestra receta de buenos modales. No agraviar con palabras ni acciones, cuidar el tono de voz, respetar los objetos ajenos, no tomar nada que no sea nuestro sin permiso.

Saludo: saludar al llegar a un lugar. Cuando se llega a un lugar donde hay otras personas, como por ejemplo el ascensor, peluquería, farmacias, quioscos, consultorios médicos, se dan los buenos días, las buenas tardes u otro saludo similar.

Pedir las cosas “por favor”: cualquier solicitud, pedido o demanda que realicemos debemos de añadir, al principio o al final, el complemento “por favor”, aunque estemos en nuestro derecho de pedir o demandar, sea o no la obligación del otro hacer lo solicitado.

No abusemos del imperativo: al comprar algo, al hacer una petición a un miembro de la familia o amigo.

Dar las gracias: cuando nos responden, atienden, prestan una ayuda, nos entregan algo (aunque lo hayamos comprado), debemos dar siempre las gracias.

Despedirse de un lugar: decimos adiós, hasta luego, cuando nos vamos de un lugar donde hay otras personas. Es correctísimo despedirnos de la persona de la caja que nos ha cobrado, de los pacientes que esperan en una sala, al salir del ascensor, también cuando terminamos una conversación telefónica o enviamos un correo electrónico.

Pedir disculpas: hay momentos en que molestamos a otras personas sin intención. Un pequeño empujón, un codazo, una perturbación, pedimos disculpas con un simple “perdone” o “discúlpeme”, o simplemente cuando nos hemos equivocado o hemos podido decepcionar a alguien.

Estos modales debemos practicar con todas las personas con las que nos relacionamos, principalmente entre padres e hijos, extraños en la calle, vecinos, compañeros y también, por supuesto, con amigos más cercanos y la familia.

Para aprender

Nancy Chang, para Mundo de Mamá, elaboró una pequeña lista para reflexionar si estamos poniendo en práctica los buenos modales y para comenzar a reforzarlos en casa: aprende a sonreír, independiente de tu temperamento. Busca a quien necesita ayuda y ofrécela. Cuando hables y te hablen, mira a los ojos. Evita interrumpir al que está hablando. Golpea la puerta antes de entrar a un lugar. Ir a un concierto u obra de teatro es muy distinto a ir al cine: los actores están en vivo y en directo, ni ellos ni el resto de los presentes quieren escucharte comer. No comentes intimidades de la familia. Obras de teatro, reuniones, almuerzo con los hijos, apaga el celular cuando estés en cualquier actividad que involucre la participación con otras personas. Pon la radio o la televisión a un volumen moderado para no molestar a los demás. Si te comprometes a llegar a una hora, ¡llega a la hora puntual! Ten el hábito de saludar, independiente de tu posición o jerarquía. Cede el paso o tu asiento al anciano y a las mujeres, pero sobre todo a la mujer en estado de embarazo o incluso a la madre que lleva niños pequeños. No hables mientras masticas alimentos. No mastiques tus alimentos y la goma de mascar con la boca abierta. Agradece los alimentos al momento de retirarte de la mesa en el tiempo de comida. Pide las cosas diciendo “por favor” y devuélvelas con un “gracias”. Corresponde el saludo si alguien te extiende la mano. Cede el paso en el auto cuando alguien más te pide la vía. Evita bocinar en lugares en que no lo ameritan. Respeta las instalaciones públicas y ajenas. Cuida tu vocabulario al hablar. Cuida tu postura al momento de sentarte a tomar tus alimentos. Saluda siempre que llegues a casa.

Recuerda: “La educación y la enseñanza son las armas más poderosas que puedes usar para cambiar el mundo”. (Nelson Mandela).

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