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La emoción de la arquitecta Gloria Cabral fue inmensa al conocer su nominación al programa de The Rolex Mentor and Protégé Arts Initiative, una oportunidad que brinda la compañía suiza a jóvenes destacados de distintos ámbitos para que puedan mostrar su talento. Gloria es la primera paraguaya nominada en su categoría y cuenta que fue una gran sorpresa la noticia. Desde hace 10 años trabaja para la empresa Gabinete de Arquitectura a la que había ingresado como pasante en su tiempo de estudiante. Luego se convirtió en socia de la firma, lo que para ella es muy satisfactorio. “Tardé mucho para terminar la facultad porque ya había empezado a trabajar. Unos años después de mi contrato me convertí en socia minoritaria de la empresa. Me quedaba un año y medio para culminar la carrera, pero decidí distribuir ese tiempo en tres años porque creí que lo que estaba haciendo, ya en el ámbito laboral, era importante en mi vida y lo es hasta hoy”, comenta. Todo el proceso por el cual atravesó y la experiencia que iba ganando la llevó a escalar más y más. Posteriormente, se convirtió en profesora de la materia Taller en Arquitectura UNA y, además, brindaba conferencias en el exterior. Ahora Gloria es parte de los cuatro finalistas del prestigioso certamen, cuyo premio será trabajar por un año al lado del renombrado arquitecto suizo Peter Zumthor.
¿Cómo te enteraste del concurso? El programa Rolex Mentor and Protégé cuenta con siete disciplinas (Arquitectura, Danza, Filmografía, Literatura, Música, Teatro y Artes Visuales) con un referente de cada ámbito. Además, posee un representante en cada continente que nomina a jóvenes artistas sobresalientes. No sé quiénes son los que nominan, porque eso es secreto. Lo que se pide es que esa persona, del área de arquitectura, dé tres nombres de jóvenes de una determinada franja etaria; que esté haciendo algo interesante para poder participar de este programa. A partir de ahí, Rolex te envía una carta de invitación para el concurso. Éramos 25 los nominados en Arquitectura de todo el mundo y de la selección quedamos cuatro: una chica de Jordania, otra de la India, un colombiano-estadounidense y yo.
¿En qué consiste el premio? Es una protección, como le llaman. Durante un año –desde julio de este año hasta julio del próximo– el ganador trabaja, en periodo de un mes o dos meses, al lado de un destacado profesional. En este periodo hay que viajar equis veces. El mínimo que Rolex pide es seis semanas de labor con el mentor. A partir de allí el mentor y el protegido definen el rumbo.
¿Y qué viene después de culminar el programa? Se hace una presentación de todos los trabajos. En octubre de 2015 hay una cena de cierre en la que participan los protegidos de las otras áreas. En el caso de que me convierta en la elegida, también voy a participar de una cena más íntima para conocer a los demás protegidos. Entonces se genera un vínculo entre todos. En esas cenas están los mentores de cada disciplina, que son grandes profesionales.
¿Qué hiciste cuando te enteraste de tu nominación? Cuando recibí el correo me sorprendí. Al comienzo no entendía bien lo que pasaba. Mandé muchísima información mía. Me pidieron que cuente lo que estaba haciendo, qué espero del programa, etcétera. Me avisaron en octubre. En noviembre entregué todos los documentos, en diciembre tuve una entrevista por teléfono con la gente de Rolex y en febrero me notificaron que había quedado entre los finalistas. Luego, en marzo, tuve que viajar a Suiza para la entrevista con el mentor. La compañía de relojes costea todos los gastos de pasaje y estadía.
Ahora resta esperar el resultado, que se publicará este mes.
¿En qué fecha? A mediados de este mes de mayo, aproximadamente.
¿Algún paraguayo ya estuvo participando en este concurso? Rolex tiene varios programas. En este en particular, soy la primera paraguaya nominada. Bueno, hay que tener en cuenta que la categoría Arquitectura apareció hace pocos años. Además, de estar nominada a pasar a la instancia final, para mí ya es muy importante.
¿Cuáles son tus expectativas? No sé (se ríe). Los nervios y las ansias están latentes. Hasta el momento en que se dé el resultado, voy a estar así.
¿Ya conocías a tu mentor? Sí, lo habíamos estudiado en la facultad. Peter Zumthor es un profesional de un trabajo muy fino.
¿Qué tal fue la entrevista con el arquitecto Zumthor? Se prolongó por espacio de dos horas y media. Yo fui la última. Tuve una intérprete porque no manejo muy bien el inglés y allá se habla en alemán. Éramos la intérprete, él y yo. Esa mañana estaba muy tensa, pero al llegar a ese lugar me relajé. Fue una experiencia muy linda. Primero, me comentó la idea que tenía con la que se podía trabajar en el protégé que trata de una obra en Corea del Sur. Después le mostré dos proyectos míos: uno que tengo acá en la empresa y otro que era de mi final de grado en la facultad. Cuando terminamos, me felicitó. Me dijo que le parecía superinteresante mi proyecto urbanístico y que le encanta que haya gente preocupada en mejorar la ciudad, y eso fue muy emocionante para mí. Después él me hizo algunas preguntas, me mostró su oficina y me consultaba qué opinaba acerca de algunos proyectos suyos.
¿Cómo evaluás esta experiencia hasta el momento? Genial. Me preguntan mucho qué estoy esperando de esto y no sé que responder, porque aún no se cómo va a ser. Pero estoy segura de que si salgo elegida voy a crecer mucho como persona y arquitecta. Pase lo que pase va a ser para mejor. Y si no, para mí ya es emocionante haber llegado a esta instancia.
¿Qué opinión tenés de la arquitectura de Asunción? Hace cinco años atrás, en un taller de la facultad, Juan José Giangreco, Javier Corvalán, José Cubilla y Solano Benítez, que son unos capos de la arquitectura paraguaya, nos instaron a imaginarnos cómo tienen que ser las ciudades, no solo de Asunción, sino las de todo el país. Desde entonces, le dedicamos mucho tiempo a esto. Ya trazamos proyectos para modificar la ciudad de capital y pensamos, además, en cómo deberían crecer los asentamientos campesinos, cómo deberían ser las ciudades en el chaco, etcétera. La aplicación es lo pendiente que en gran parte depende de la voluntad política.
Gloria afirma que nunca antes había buscado alguna beca y que en la facultad no estaba obsesionada con las notas más altas. “Siempre creí en hacer lo que a uno le gusta, lo que da felicidad. Disfrutar de lo que hacés es más importante que todo. Entender que lo importante es hacer lo que te gusta y hacerlo de la mejor manera todos los días, esa es la decisión que debemos tomar y eso me parece fantástico”, asegura.
Trabajo en conjunto
Para la profesional, en Asunción se realizan acupunturas urbanas, es decir, se atacan ciertos puntos mientras que el problema es mucho más profundo. “No podés atacar el cáncer que ya hizo metástasis con acupuntura. La solución de los problemas que tenemos, como el caos vehicular, está en el trabajo en conjunto de varias áreas profesionales y no solo urbanísticos o arquitectónicos”, explica. Además, sostiene que las ciudades se deben densificar para aprovechar mejor los espacios y disminuir las distancias entre el domicilio y el destino, por ejemplo, el lugar de trabajo. “No podemos tener más espacios públicos si es que solo somos 60 por manzana, recién cuando seamos 500 por manzana se justifica”.
Texto jose.riquelme@abc.com.py