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1. Preparar la ropa la noche anterior: las mañanas son difíciles para todas y no siempre contamos con el mejor criterio cuando aún estamos dormidas. Por eso es fundamental la planificación de un conjunto que no solo tengas ganas de usar, sino que te sirva para las actividades del día siguiente. Pensá en estos factores: si vas a caminar mucho, si tenés alguna reunión o evento y cómo va a presentarse el clima. Recordá que suele haber un fuerte contraste entre la temperatura que hace afuera y la temperatura helada de las oficinas. Creá un look adaptable a esas circunstancias.
2. Levantarse antes: nada de apagar la alarma del despertador hasta el límite. Si querés salir de tu casa viéndote prolija y arreglada, tenés que dedicarle un tiempo a peinarte y maquillarte. No hace falta que parezca que estás por ir a una fiesta; muy por el contrario, saber moderar la cantidad de maquillaje y espray para el pelo es parte del criterio. Si realmente no te queda nada de tiempo a la mañana, podés optar por hacerte un tratamiento de queratina en el cabello para eliminar el frizz y ponerte unos buenos lentes de sol. Llevá contigo un kit con lo indispensable en maquillaje, y date unos toques de rubor, brillo labial y máscara de pestañas al llegar a la oficina o cuando estacionás tu auto. ¡Ni se te ocurra maquillarte mientras manejás! Es imprudente y peligroso.
3. El cuidado de la ropa: ¿tenés un jean que te queda divino?, ¿una blusa que te sienta mejor que ninguna? No los uses todo el tiempo. Mientras más usás, lavás y volvés a usar tu ropa, más rápido se desgasta. Distinguí la ropa que debe ir al lavarropas (información que podés encontrar en la etiqueta de composición y cuidado que va por dentro) de aquellas prendas que deben ir a la tintorería. Colgá o doblá tus piezas favoritas, no las dejes tiradas ni las uses para adornar el sillón. Mantené tus zapatos limpios y lustrados; un zapato roto o gastado te tira abajo todo el look.
4. Usá ropa que sea de tu talle: muchas veces guardamos ropa esperando que en el futuro nos quede mejor o, incluso, guardamos la que nos queda chica por si lleguemos a la silueta-objetivo. Sé criteriosa en este sentido; si la ropa te queda muy grande o muy apretada, tu figura no se verá estilizada. Probá reformar las prendas en una modista para mantenerlas adecuadas a tu cuerpo.
5. Elegí esa pieza única o accesorio particular para destacarlo: cartera, sombrero, par de zapatos, buena bufanda o pañuelo, collar, poncho, quimono urbano o suéter llamativo. No es necesario estar vestida de prendas de tendencia de pies a cabeza. De hecho, las mujeres con estilo tienen en sus guardarropas un montón de clásicos que “levantan” con un accesorio o pieza bien chic.
Por último, mantené siempre viva la inspiración de tus looks siguiendo en Instagram y otras redes sociales a tus referentes de estilo. Podés buscar bloggers o íconos de moda del exterior, pero lo que yo te recomiendo es que sigas de cerca a las mujeres que marcan tendencia en tu país; ellas logran traducir la moda, y adaptarla a la vida y clima locales. Algunas de mis bloggers paraguayas favoritas son: Puppa Careaga (Miss Pirú), Adriana Ayala (Give me a Coffee), Julia Hermosa (Ha upéi?) y Flo Méndez (Srita. Méndez). ¡Hechá un vistazo a lo que tienen para proponerte!
Texto Ingrid Tieffemberg || @tieffemberg
Imágenes Gentileza