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Para llevarte la mejor parte con tu cena de Navidad, debes ocuparte en una buena elección en la comida. Antes que repartir las tareas y que cada uno traiga un plato, es mejor que hagan su aporte económico y seas tú quien se encargue del resto; así, podrás tenerlo todo controlado.
Tener muy en cuenta los gustos de tus invitados es muy importante, el tipo de dieta que practican y si tienen algún tipo de alergia. Sería terrible que solo hubiera carne y alguno resulte ser vegano.
Evita una mesa llena de platos que requieran mucha preparación de última hora. Es mejor elegir recetas con tiempos de preparación en horno, que los puedes dejar casi solos.
Si tienes invitados de confianza, puedes preguntarles si pueden contribuir en traer algún postre, bebidas o guarniciones.
Comienza a preparar la mesa de Navidad alrededor de tres horas antes de que lleguen tus invitados (la anticipación te dejará tiempo para aprontarte y vestirte para recibirlos). Coloca el mantel, las servilletas, las copas, la vajilla, los cubiertos, el centro de mesa navideño, las velas, etc.
Cerciórate de contar con los lugares para todos. Sería incómodo que fueran a la mesa y algún invitado no tuviera lugar donde ubicarse.
Otro de los preparativos de la cena de Navidad es colocar una mesa auxiliar con vajilla, cubiertos y copas extra que se puedan necesitar. Siempre ocurre que algún invitado olvida su copa afuera en el jardín o se le cae el cubierto al suelo.
El servicio de bufé, una buena opción
Las comidas o cenas que se organizan con un bufé suelen ser más dinámicas e informales. Son perfectas para celebrar las fiestas navideñas, ya que en estas ocasiones solemos invitar a familiares o amigos íntimos.
Elige un menú variado y sencillo, ya que nadie espera encontrarse un menú de degustación y, al fin y al cabo, lo que cuenta es estar reunidos. Lo mejor es no complicarse con los platos, con aperitivos, comida típica de Navidad, ensaladas y algunas carnes será suficiente. Con relación a las bebidas, pongamos de moda la vuelta del clericó, una tradición bien paraguaya. En un clima como el nuestro, no podría faltar la cerveza bien fría, la sidra, vino para los clásicos; para los niños, jugos, refrescos y, para brindar, espumante o champán.
Un bufé de Navidad se convierte en una reunión espontánea y divertida, que resulta mucho más flexible que una comida de plato servido. Además, como todo el menú que se va a servir ya está preparado con antelación, el bufé nos permitirá disfrutar de la fiesta y los invitados desde el principio hasta el final.
Ahora me toca solamente desearles una ¡feliz Navidad!