Permite calibrar el sensor tomando como referencia las características físicas y reflexivas de la superficie de un juego, reconfigurándose él mismo para un rendimiento óptimo. Esto significa que se puede llegar a lograr una velocidad de seguimiento máximo con una mínima distancia de despegue en cualquier superficie. Posee 11 botones programables gracias a su procesador ARM de 32-bit que controla la memoria integrada.
23 de abril de 2014 - 22:04
Un mouse para “gamers”
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