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No compartir datos personales: número de teléfono, dirección u otra información de carácter privado en la red.
Del mismo modo que no se debe aceptar regalos de extraños en la calle, no debes aceptar cualquier cosa que te ofrezcan a través del correo electrónico, internet o las redes sociales.
No aceptar solicitudes de amistad de gente que no conozcas en la vida real, ni hables a través de la red con personas desconocidas.
Aprender a reconocer engaños: ni nos ha tocado la lotería, ni nos ofrecen el trabajo de nuestra vida. Nuestro banco tampoco nos va a pedir unas claves por correo electrónico. Un buen software capaz de detectar estas amenazas y el uso del sentido común son las mejores armas para identificar engaños en las redes sociales.
Atención a los móviles o tablets: son uno de los principales focos de infección: apps con fines maliciosos, malware a través de email o links extraños a través de WhatsApp… Es importante utilizar el sentido común para detectar este tipo de fraudes.