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Aguilar aseguró que escuchó la planificación previa del asesinato en un asado, en Pedro Juan Caballero.
Las delirantes declaraciones del testigo falso motivaron una persecución a opositores del régimen que ubicó a Luis Angel González Macchi en la Presidencia de la República.
La declaración de Aguilar había sido preparada y entregada después al entonces juez de la causa, Jorge Bogarín González.
El entonces fiscal de la causa, Marco Alcaraz, actual adjunto de la Fiscalía Antidrogas, había avalado con su firma la declaración. Sin embargo, el también entonces fiscal del caso y actual juez Gustavo Amarilla se negó a firmar el escrito y confirmó que no participó de la audiencia en la que supuestamente declaró Aguilar.
El testigo falso fue asesinado y su viuda había solicitado al Ministerio Público que indague a varios políticos, entre ellos al entonces senador Francisco José de Vargas, padre del fiscal De Vargas, que tuvo a su cargo la investigación del caso que involucró a Ladislaa.
Se critica el hecho, incluso lo hizo el propio tribunal, de que el Ministerio Público (la investigación estaba a cargo de De Vargas) no haya indagado a Blanca Ramírez, a quien Ladislaa acusó de haberla usado, porque le pidió su documento de identidad para enviar la droga.