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Hay varios locales recomendados para la compra de vinos, tales como la tienda de Mr. Vino sobre R.I. 6 Boquerón, Le Sommelier sobre Denis Roa, Whisky House sobre Alberdi, Monalisa en el Paseo La Galería, Bodega Boutique sobre España, Bodega Tequila sobre Kubitschek o en los grandes supermercados, donde algunos tienen mejor presentados los vinos, como Casa Rica y Delimarket. Aunque prefiero la atención personalizada en las tiendas de vino, en las que siempre habrá alguien que, por lo menos, puede indicarte cuáles son los vinos con mayor rotación y las etiquetas que los clientes siempre vuelven a comprar.
Como yo no me muevo de casa en esta Navidad, tengo el derecho a disfrutar sin preocuparme por manejar, así que espero hacerlo como se debe.
Comenzaré el aperitivo con un rico vino blanco Torrontés, este vino siempre tiene un pequeño espacio en mi corazón, primero que todo porque me remonta a la provincia de Salta, Argentina, que me encanta, y segundo, porque de las 4800 variedades vitiviníferas que existen en el mundo, es la única original de nuestro continente sudamericano. Lo acompaño con brusquetas, salame cortado bien fino o, simplemente, unas aceitunas.
Como siempre, en casi todas estas ocasiones, el pavo está presente en la mesa. Para acompañarlo elegiría un vino blanco, preferentemente, que puede ser un Chardonnay o Viognier, ambos tienen características algo parecidas; son cremosos en boca, de buen cuerpo y constantes, claro que varían su temperamento en boca, pero debo aclarar que ninguno de los dos me va a defraudar. En el caso de que quiera indiscutiblemente acompañar el pavo con un vino tinto, también es posible. Para ello elegiría en primer lugar al Pinot Noir, una uva que tiene buen sabor, de estructura liviana y taninos medios, hay muy buenas opciones de vinos en esta cepa, tanto de origen argentino como chileno y a excelentes precios. Pero no a todos les gusta el Pinot Noir, así que buscaría otras alternativas y ellas serían un Merlot o un Carmenere, con la condición de que sean vinos jóvenes y sin mucha presencia de madera, o sea, un vino más frutal, lo que lo convierte en una opción muy interesante, sobre todo debido al precio.
La lengua a la vinagreta, siempre presente, la acompaño con un vino blanco, puede ser el mismo Torrontés que les dije como aperitivo, o un Sauvignon Blanc, así hace maridaje con la acidez del plato. El vitel toné lo acompañaría con el Merlot o el Carmenere; les aseguro que quedará exquisito.
Me sorprende, pero no por ello deja de gustarme una tradición paraguaya: las milanesas están siempre presentes en la mesa de Navidad. Para ello sugiero un Malbec o, en todo caso, un Cabernet Sauvignon, dos muy buenas opciones de vinos con más estructura, taninos y, sobre todo, una buena capacidad de absorción de las grasas de este plato, para generar equilibrio en boca.
Y porque estamos en el Paraguay no hay que dejar de contar con nuestro famoso asado. Puede ser el plato más popular, pero también el más deseado por muchos para las navidades; sentir el olor de la carne rostizándose a las brasas del carbón a fuego lento, caramelizando las grasas y dejando jugoso el interior, por supuesto, se merece un vino de carácter y potencia, como un Cabernet Sauvignon, Tannat o Petit Verdot. Con o sin madera, ya es opcional, pero disfrutaría cada mordisco acompañado de uno de estos vinos.
La verdad es que no existen excusas para no beber un buen vino en estos días, porque los precios son variados, hay excelente calidad en todos los niveles y categorías, y lo más importante es brindar. Apreciados lectores, ¡salud, feliz Navidad! y hasta la próxima semana.