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La planta, cuyo nombre científico es Mangifera indica, es originaria de Asia, fue introducida por los portugueses en el siglo XVI, y ahora es muy copiosa en las regiones tropicales y subtropicales en diferentes variedades.
El mango es una planta muy abundante en nuestro medio, tanto en las variedades tradicionales, de fruto pequeño y fibroso, como las introducidas por medio de injerto, cuyos frutos son más grandes y de un sabor menos agresivo.
Variedades
En el Centro de Investigación Hernando Bertoni (ex-IAN), en Caacupé, se tienen 12 variedades de mango que están clasificadas en: variedades tempraneras, de época y tardías. Sin embargo, cuatro son las más cultivadas en el país que, a su vez, son las que mejor se adaptan a los climas y suelos locales, siendo las más solicitadas en los mercados internacionales:
1) Tommy Atkins. Esta variedad es la más cultivada en el país y la que tiene mayores posibilidades de ser exportada al mercado argentino. La fruta es de forma ovalada, con una coloración rojo-amarillenta. El color de la pulpa es amarillo. El fruto pesa, en promedio, de 400 a 600 g. Esta es una variedad de alto rendimiento: de una planta se puede cosechar un promedio de 180 a 220 frutas, con un sistema de poda equilibrado.
2) Sensation. Es una variedad tempranera. Sus frutos son ovalados, de color rojo-amarillento. Tiene muy buen sabor y muy buena coloración de pulpa. El peso promedio de la fruta varía entre los 300 y 400 g.
3) Haden. Esta variedad es muy solicitada y preferida en el mercado europeo y los EE. UU. La fruta tiene una coloración rojo-amarillenta; posee un buen sabor y aroma agradable.
4) Palmer. Es una variedad tardía con frutos de forma ovalada. Su época de maduración va desde la segunda quincena de enero hasta febrero. Es una de las variedades que mejor se adaptan en nuestro país, pero tiene algunos problemas con enfermedades, como la antracnosis.
Propiedades
El mango tiene interesantes propiedades para la salud. Es una fruta nutritiva que contiene carbohidratos, fibras, azúcares, vitaminas A, B1, B2, C, y una combinación de hierro, fósforo, potasio, calcio, proteínas, lípidos y glúcidos. Por su riqueza en ácidos, vitamina C y su alto contenido en vitamina A, constituye un buen antioxidante y se recomienda especialmente a las personas que no toleran los cítricos.
Su contenido de fibra le confiere propiedades laxantes. La fibra previene o mejora el estreñimiento, contribuye a reducir las tasas de colesterol en sangre, al buen control de la glucemia y tiene un efecto saciante.
El mango es bueno para prevenir infecciones, regula el funcionamiento intestinal, ayuda a mantener en buen estado la vista, además de poder emplearse en dietas de bajas calorías y para diabéticos, previa consulta con su médico.
Recolección
Para elegir los frutos, estos deben ser firmes al tacto, con una ligera flexibilidad; no deben tener manchas ni partes blandas. Tampoco perforaciones. Si se compran pintones, antes de su plena maduración, se los envuelven en papel de diario y se los deja a la sombra, a temperatura ambiente, hasta que completen su maduración.
El mango que aún está verde puede refrigerarse para retrasar su maduración y se mantiene hasta 27 días, poniéndolos en la heladera a 8 ºC. Luego, se los saca a temperatura ambiente para que completen su maduración.
Para evitar el daño de los pájaros, antes de que tomen el color amarillo, se les ponen unos cucuruchos de papel, abrochados con una presilladora. Esto es práctica común en las granjas que se dedican a la producción de mango en forma comercial.
Para elegirlos en el mercado, hay que fijarse que la piel de la fruta esté bien coloreada y lisa, y su aroma sea intenso, siendo estos algunos de los detalles que nos indican su punto de madurez.
Si tienen manchas negras y resultan pesados en la mano, nos está indicando que la fruta está muy madura. Cuando tienen la piel arrugada y su pulpa es ácida, significa que los han recogido verdes y, por lo tanto, maduran mal.