Señales del hígado intoxicado

Una “pataleta al hígado” puede ser un problema digestivo, de la vesícula o del intestino, no siempre asociado justamente al hígado. Pero si este órgano realmente está funcionando mal, hay ciertas señales que nos envía nuestro cuerpo para llamar la atención.

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El hígado es, además del órgano de más volumen de nuestro cuerpo, uno de los que realiza una mayor variedad de funciones. Las tres más importantes son: 1) depurar nuestra sangre eliminando toxinas y células que ya no son útiles, 2) ayudar a sintetizar los glúcidos y los lípidos, permitiéndonos además evitar hemorragias y 3) gracias al hígado almacenamos vitamina A, D, K y E, básicas para obtener energía. La mala alimentación, así como los hábitos de vida poco saludables, representados por ejemplo por el abuso del alcohol y otras drogas, pueden acabar saturando nuestro hígado, mermando su salud y capacidad para realizar sus funciones, lo cual repercute negativamente en el resto del organismo.

Síntomas de alerta

Todos los síntomas aquí detallados se deben a un problema del hígado, pero será su médico quien determine si se debe a la enfermedad del hígado graso, a una inflamación, una hepatitis u otra cosa, ya que los cuadros descriptivos suelen ser muy similares. Solo las pruebas médicas indican de qué tipo de enfermedad hepática se trata.

1 Náuseas. Es el primer síntoma y el más evidente de un problema en el hígado. Nos podemos sentir mal después de comer o, incluso, tener una pesadez en el abdomen, náuseas, mareos e incluso vómitos. En muchas ocasiones esto puede deberse a muchas otras cosas y no precisamente a un problema hepático. Pero si es un hecho repetitivo, no dude en consultar a su médico.

2 Dolor. El dolor del hígado se sitúa en la parte superior del abdomen, justo debajo de las costillas, pudiendo alcanzar también la espalda, y haber incluso hinchazón abdominal. Es posible sentir ardor e incluso fiebre, y puede deberse a una inflamación o cólico biliar.

3 Ictericia. Se presenta como una decoloración de la piel, un tono amarillento muy característico en el rostro y el cuerpo. Esto se debe a un exceso de bilirrubina (bilis) en el organismo y la sangre, por un problema en el hígado. Puede ser uno de los síntomas iniciales asociado, sobre todo, a una hepatitis contagiosa.

4 Fatiga y debilidad. Cuando padecemos un problema en el hígado es común sentirnos cansados, agotados y sin mucho apetito. En ocasiones podemos asociarlos a otras cosas y no le damos importancia, ya que es habitual tener uno o más días de debilidad. Pero cuando son continuados, cuando es habitual este estado de inapetencia y agotamiento, hay que consultar con el médico.

5 Fiebre. En ocasiones suele aparecer un dolor en el abdomen, nos sentimos hinchados, pesados y muy cansados. Ante estos estados debemos cuidar mucho nuestra temperatura, si tenemos fiebre es sinónimo de inflamación e infección.

6 Deposiciones de color claro. Controla tus deposiciones cuando vayas al baño. Si estas presentan un color claro, puede que se deba a un problema del hígado. Es posible también que sufras de colon irritable, asociado a su vez a posibles problemas hepáticos.

7 Picazón en el cuerpo. Esto se debe a la acumulación de bilis bajo la piel. El cuerpo pica y nos sentimos incómodos, ya que la sangre reacciona ante toda esa acumulación de toxinas que el hígado ha dejado de depurar.

8 Sangrados y moretones. Este es un síntoma menos usual, pero asociado también a un problema hepático. El sangrar muy a menudo por la nariz, o que aparezcan moretones sin saber cómo, está relacionado con una deficiencia de proteínas debido a un mal funcionamiento del hígado. Hay que tenerlo en cuenta.

Alimentos aconsejados

Para sobreponerse a los problemas del hígado conviene elegir:

- Leche y quesos descremados.

- Carnes blancas, como pollo sin piel, pescados de mar, lomo de cerdo y otras sin grasa.

- Los ácidos grasos esenciales (Omega 3 y 6), ayudan en el metabolismo hepático y están presentes en las semillas y/o aceites de lino, chía, girasol y sésamo, el aceite de soja, el germen de trigo y en las nueces.

- Claras de huevo.

- Zanahoria hervida, calabaza, zapallo, pulpa de tomate y zapallitos sin semillas, chauchas sin hilos y sin porotos, y remolacha bien cocida.

- Frutas: solo banana bien madura, manzana, pera, durazno y damasco sin cáscara.

- Miel de abejas.

- Jugos caseros de frutas permitidas, licuados.

- Aceites vegetales puros sin cocinar, solo para condimentar: oliva, canola, girasol, etc.

- Evitar los picantes (pimienta, pimentón, ajo, etc.).

- Caldos caseros de verduras permitidas.

- Infusiones: mate y té claros. Ciertas hierbas ayudan a reparar el hígado, desintoxican, protegen y reducen la inflamación. Estas son: cardo mariano, diente de león, boldo y manzanilla.

- Evitar el tabaco, alcohol y cualquier otro tipo de droga.

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