Experiencia vip

Un fin de semana excepcional en Ciudad del Este degustando excelentes vinos de altísima calidad junto con un grupo de enófilos, sommeliers y amigos, que quisieron disfrutar y conocer más de los vinos del mundo. Fueron dos intensos días de vinos franceses, en los cuales todos disfrutamos del hecho de poder profundizar aún más en todo aquello que este país vitivinícola puede ofrecernos.

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Muchas veces suelen leer de mis viajes, casi siempre son fuera del país, a lugares increíbles, donde hay mucho vino. La verdad es que suelo disfrutar (¡y mucho!) cada uno de estos viajes, pero me toman mucho tiempo, ya que no suelen ser de un día nada más y, por lo tanto, no son muy frecuentes.

Pero en noviembre pasado tuve uno de esos viajes que suelen ser una excepción. Llevé conmigo un grupo de 16 personas para pasar un fin de semana (algo rápido). Salimos del aeropuerto de Asunción el sábado a las 8:20 en vuelo directo de Amaszonas hasta CDE y regresamos el domingo a las 17:50. El vuelo es rapidísimo, son solo 30 min. Así que cuando llegamos y recogimos las maletas, ya estábamos listos para tomar el minibus que nos aguardaba, ¡y ni si quiera eran las 9:00! Sí, digo bien, las 9:00, y la gente de Monalisa ya nos esperaba en el aeropuerto Guaraní, con una hermosa champañera con botellas de Taittinger Extra Brut (menos de 5 g de azúcar por litro), como desayuno o media mañana, si así nos gustaría llamarlo. Como ya se habrán dado cuenta, fue el Monalisa Vip Tour 2016 que organizó todos los años con el equipo de Monalisa y su staff (todos superprofesionales). Un viaje especial para enófilos, sommeliers, y todos aquellos que quieran disfrutar y conocer más de los vinos del mundo. Fueron dos intensos días de vinos franceses, en los cuales, creo que se disfrutó del hecho de poder profundizar aún más en todo aquello que este país vitivinícola puede ofrecernos.

Degustación

A las 10:15 estábamos iniciando una degustación de vinos de Burdeos en el salón privado de la bodega de Monalisa, en el subsuelo. Comenzamos con uno de los vinos que más me gustan de los que se encuentran en nuestro mercado, por ser complejo, con características bien definidas y porque tiene un precio razonable (menos de USD 50). Se trata del Les Haut de Smith 2011, del AOC Pessac Leognan. El segundo vino pertenece a una de las bodegas que más me gustan: el Echo de Lynch Bages 2013, este es un vino del AOC Paulliac, en el cual predomina la uva Merlot. Seguidamente, una sorpresa para el grupo: el señor Charles Tomas, director comercial del Chateau Cos d'Estournel (vinos calificados en el ranking establecido para la gran exposición mundial del año 1855, y que sigue vigente hasta hoy, como Deuxiemes Cru Classe, es decir, uno de los grandes vinos de la región), nos presentó dos vinos para que podamos sentir la diferencia. Por un lado, su segundo vino, el Les Pagodes de Cos 2013 del AOC Saint Estephe, un vino potente en nariz y en boca suave, más bien dicho, elegante. Y su primer vino, el famosísimo Cos d'Estournel 2011 (Grand Cru Classe) del AOC Saint Estephe, un vino que a todos nos dejó con la boca abierta, más aún cuando sabíamos que degustábamos un bebé, porque ese vino debía guardarse, por lo menos, unos 20 años más.

Maridajes

El almuerzo no era para menos, comenzamos con una novedad, un vino que aún no está disponible, pero que Charles quería que degustáramos: el Cos d'Estournel blanco 2013 (compuesto en un 70 % de Sauvignon Blanc y 30 % de Semillion). Este vino liberaba frescura y un toque de acidez, además de increíbles aromas florales y frutales que acompañamos con unos quesos seleccionados.

El plato de fondo, una lasaña casera, la degustamos con dos vinos: el primero Les Pagodes de Cos 2013 y el Cos d'Estournel 2002, un vino con 14 años que se encontraba impecable por su nivel de taninos, pero se lo podía guardar por otros 10 años más sin inconvenientes. Para el postre, el chef “Fabio” nos preparó una tarta de manzana que acompañamos con un vino, esta vez italiano, el Ben Rey Passitos 2008, que maridaba de maravillas, ya que es dulce. Salimos supercontentos de la mesa, que terminó con un excelente café que nos trajeron Tito y Francisco, ambos mozos que llevan años de trayectoria trabajando en Monalisa.

Tuvimos más, pero quedará para el próximo sábado, ya que no les pude contar en estas líneas todos los vinos degustados.

Preciados lectores, ¡salud! y hasta el próximo sábado.

oligayet@hotmail.com

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