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La fábrica de miel y caña “María Auxiliadora”, de Carapeguá, dejó de funcionar hace más de cuatro meses por falta de caña dulce. La empresa precisa de unas 100 toneladas diarias de la materia prima para operar en su máxima capacidad, manifestó la empresaria licenciada Lilian Brítez de Rolón.
CARAPEGUÁ, Paraguarí (Emilce Ramírez, de nuestra redacción regional). Es necesario que se impulse el cultivo de caña dulce en forma diferenciada, tanto la tempranera como la tardía, para poder abastecer la demanda, señaló la licenciada Lilian Brítez de Rolón. También se puede ampliar la producción de la materia prima para asegurar el funcionamiento de la empresa.
De acuerdo a lo señalado por la empresaria, el rubro se podrá potenciar introduciendo nuevas variedades de la gramínea, que deben reunir la capacidad de producción y calidad requerida por las industrias. Eso se podrá conseguir solo mediante la aplicación de tecnología, tanto en la variedad orgánica como en la convencional, indicó Brítez de Rolón.
La empresaria explicó que la industria cañera tiene una demanda insatisfecha en términos de materia prima, que estima sería el doble de lo que se está generando.
“La fábrica siempre requiere de la provisión de los productores externos para funcionar. Aún así, la cantidad producida es limitada”, señaló.
Esa situación restringe el funcionamiento de la planta procesadora y, consecuentemente, repercute en los operarios, que son los más perjudicados, pues se rescinde de sus servicios pese a que la fábrica está en condiciones de trabajar todo año.
La empresa trabaja de diciembre a mayo, pero pese a que tiene las condiciones económicas para adquirir más materia prima para tener en stock, no puede lograr que más productores se involucren en la producción de caña dulce. No entienden que para el rubro hay mercado seguro, indicó.
En los alrededores de las compañías de esta comunidad la producción de caña dulce no sobrepasa las 100 hectáreas. La empresa también tiene proyectado producir azúcar orgánica y etanol, pero no puede concretar el plan porque requiere más de 100 toneladas diarias para que se pueda hacer funcionar con todo el potencial y capacidad las maquinarias.
Brítez de Rolón resaltó que para la producción de caña blanca están pagando G. 170.000 por tonelada de la materia prima.
Agregó que muchas veces uno trabaja preocupado, con incertidumbre, porque no se sabe si para cada temporada de zafra se contará con suficiente caña de azúcar para hacer funcionar las maquinarias.