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SAN IGNACIO, Misiones. (Rafael Marcial Montiel, corresponsal). El exmagistrado español Baltazar Garzón mantuvo un encuentro con los líderes campesinos de las Ligas Agrarias Cristianas de San Ignacio y de Santa Rosa. La reunión se hizo en el Centro de Documentación y Archivo de San Ignacio, ubicado entre las calles Cerro Corá casi San Roque González de Santa Cruz.
En la oportunidad, Garzón escuchó los relatos de las víctimas, quienes fueron apresados y torturados en Abraham Cue, sede del batallón de seguridad de la Delegación de Gobierno, situado en San Juan Bautista, durante el gobierno de Alfredo Stroessner.
Aurelio Vera Centurión, una de las víctimas, recordó que fue apresado cuando apenas tenía 16 años. Añadió que a raíz de la represión él no tuvo juventud ni estado de adulto, porque de la adolescencia pasó a ser viejo a consecuencia de las torturas que sufrió durante la dictadura.
Otra de las víctimas, Jacinto López también relató en guaraní los crueles apremios físicos que sufrió durante la represión.
La traducción estuvo a cargo de la presidenta de la Dirección Verdad, Justicia y Reparación, Judith Rolón.
Por su parte, Bonifacio Flores relató las torturas físicas y psicológicas en manos de los esbirros de Stroessner, en Abraham Cue, donde los campesinos fueron sometidos a castigos con tejuruguai (cable trenzado), garrote y picana eléctrica.
La represión a las Ligas Agrarias Cristianas comenzó el 15 de abril de 1976, con la muerte de Silvano Ortellado Flores, un líder campesino de Santa Rosa, Misiones, quien fue torturado y degollado delante de sus hijos Juan y Eusebio Ortellado Meza.
Antes del apresamiento, un comando policial encabezado por el comisario Ernesto Segovia y el alcalde Tomás Salinas, alias Mandi’o ro, acribillaron la casa de Ortellado Flores. Según los testimonios, la esposa del campesino, Cristina Meza de Ortellado, enfrentó a los esbirros, pero en la búsqueda pudieron apresar a Ortellado y lo llevaron arrastrado en medio de un mandiocal a unos 100 metros donde fue asesinado luego de sufrir apremios físicos y psicológicos durante varias horas.
Baltazar Garzón, escuchó los relatos de las víctimas y prometió llevar el caso a nivel internacional para que los miembros de las Ligas Agrarias Cristianas tengan una digna reparación económica, social y moral.
También pidió al actual gobierno una sanción ejemplar a los represores que actuaron como brazo ejecutor de los tormentos durante el régimen militar.
Garzón, siendo juez español, sentó jurisprudencia al decretar la detención al exdictador de Chile Augusto Pinochet, por atropellos a los derechos humanos.