La figura, exquisitamente lograda, está compuesta por partes de motores de vehículos, cadenas de transmisión de motocicletas, discos de freno y de embrague de motores, partes de bielas, un gigantesco filtro de aire de camión y hasta una tapa de red de distribución de agua potable de la desaparecida Corposana. La obra fue realizada en el taller de fundición San Carlos, de la ciudad de Ypacaraí.
“No estamos seguros de cuántas piezas componen el caballo y el caballero, ni el tiempo que demandó su construcción, pues fue una tarea que se fue haciendo de a poco, en los tiempos libres” comentó un operario encargado del montaje de la estatua ecuestre en el patio frontal del hotel “Arthur”.
La obra fue concebida por el propietario del lugar, Basilio Pranzack, como un mensaje por el cuidado del medio ambiente a través del reciclado, como también y al mismo tiempo un homenaje al mítico personaje que da nombre a su hotel.
Según la leyenda, el Rey Arturo representa al monarca ideal: noble, justo y valiente.