Cargando...
A Jesús crucificado
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Anónimo
Vivo sin vivir en mí
(fragmento)
Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.
Vivo ya fuera de mí
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di
puse en él este letrero:
que muero porque no muero.
Esta divina prisión
del amor con que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.
¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Solo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.
Sta. Teresa de Jesús
Oración al Cristo del Calvario
En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero, al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.
¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
cuando en la cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mí todas mis dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.
Y solo pido no pedirte nada,
estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que el dolor es solo
la llave santa de tu santa puerta.
Gabriela Mistral
¡Oh Cristo!
Ya no hay un dolor humano que no sea mi dolor;
ya ningún ojo llora, ya ningún alma se angustia
sin que yo me angustie y llore;
ya mi corazón es lámpara fiel de todas las vigilias,
¡oh Cristo!
En vano busco en los hondos escondrijos de mi ser
para encontrar algún odio: nadie puede herirme ya
sino de piedad y amor. Todos son yo, yo soy todos,
¡oh Cristo!
¡Qué importan males o bienes! Para mí todos son bienes.
El rosal no tiene espinas: para mí solo da rosas.
¿Rosas de Pasión? ¡Qué importa! Rosas de celeste esencia,
purpúreas como la sangre que vertiste por nosotros,
¡oh Cristo!
Amado Nervo
Cúantas veces, Señor
¡Cuántas veces, Señor, me habéis llamado,
y cuántas con vergüenza he respondido,
desnudo como Adán, aunque vestido
de las hojas del árbol del pecado!
Seguí mil veces vuestro pie sagrado,
fácil de asir, en una cruz asido,
y atrás volví otras tantas, atrevido,
al mismo precio que me habéis comprado.
Besos de paz os di para ofenderos,
pero si, fugitivos de su dueño,
hierran, cuando los hallan, los esclavos,
hoy me vuelvo con lágrimas a veros:
clavadme vos a vos en vuestro leño
y tendreisme seguro con tres clavos.
Lope de Vega
Plegaria
Señor, aquí estoy
en medio de esta desolación.
Tú me ves, de pie,
firme al parecer como una roca
y sabes, muy bien, que estoy temblando.
Sabes, muy bien,
que mi bosque interior está sin hojas.
Un largo otoño estalló
entre sus ramas, quebrándolas.
Sabes, Dios, que una leve garúa
está apagando mis rescoldos.
La leña ya no aviva las brasas
y el viento helado las consume.
Me ves de pie
y soy como una esfinge en este barro.
Miro esta tierra
sin verdes y sin pastos
y se me endurece el corazón
y se me agrieta la piel.
Madera sin savia,
corteza que se va rajando.
Dime una palabra,
ahuyenta mis espantos.
Trasvásame tu sangre.
Háblame. Tengo como un grillo
las antenas preparadas para oírte.
Publicada en: El espectro del agua.
José Antonio Bilbao
¿Sabías que?
...En la Biblia encontrarás textos bellamente escritos con alto valor literario, por ejemplo, en los Salmos.
...Muchas de las obras maestras de la literatura española son poemas de inspiración religiosa y fueron escritos durante el Renacimiento en el siglo XVI).
Tips de lectura
Busca un lugar acogedor donde puedas leer estos poemas, disfrutar de su belleza y meditar en sus mensajes.Evita el ruido, la música en volumen alto, el sol pleno y demasiada gente moviéndose a tu alrededor.Lee los versos con detenimiento, construye las imágenes en tu mente y asocia las ideas de los textos con lo que conoces y has experimentado en tu vida.Recuerda que en los textos poéticos y, en especial, en estos, abunda el lenguaje figurado y el uso de símbolos.Anota las ideas o sentimientos que te inspira la lectura de estos poemas. Compártelos luego de la Semana Santa con tus compañeros de clase.