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Enseñarles amor al conocimiento.
No basta con decirles a los niños que ir a la escuela es importante. Es preciso mostrarles que el aprendizaje no termina con una calificación o un diploma, sino que es un estilo de vida.
Unamos la acción a la palabra.
Los padres deben participar en las actividades escolares de sus hijos. Eso les demuestra a los niños que los padres verdaderamente se interesan en lo que ellos hacen. Una cosa es decirlo y otra, unir la acción a la palabra.
La mayoría de los maestros agradecen la ayuda de los padres para acompañar a los niños en algún viaje de campo, llamar a otros padres para informarles de las actividades en puerta o redactar algún documento especial.
Las comidas familiares son importantes.
Las investigaciones han revelado la importancia de las comidas familiares. En 1987 Diana Beals, profesora adjunta de pedagogía en la Universidad de Washington de Saint Luis, Missouri, y sus colegas de la escuela Harvard de Posgrado en Pedagogía emprendieron un estudio de 83 niños de tres años, provenientes de familias de bajos recursos. Los investigadores descubrieron que los niños cuyas familias se reúnen para comer suelen aprender a leer más rápido.
“Cuantos más relatos o explicaciones escuchan los niños durante las comidas, más amplio es su vocabulario”, explica Diane Beals. “Y la amplitud de su vocabulario es uno de los factores más determinantes de la capacidad de leer”.
Cuando el maestro está en falta.
Se puede decir que hasta cierto punto son comunes los casos en los que el maestro no es capaz de inculcar a sus alumnos la información y las habilidades que corresponde a su grado escolar.
¿Cómo debemos proceder si sospechamos que el maestro de nuestro hijo es una de estas personas?
.Actuemos de inmediato.
No esperemos hasta la mitad del año, si no, el maestro o el director de la institución puede tratar de convencernos de que esperemos hasta el fin del curso, puesto que el año escolar ya está tan avanzado.
.Hablemos directamente con el maestro sobre las inquietudes específicas.
Si no vemos que mejore la situación, pidamos una cita con el director. Pongamos nuestras quejas por escrito y adjuntemos todo el material que tengamos para documentarlas (por ejemplo, faltas de ortografía en las instrucciones del maestro para impartir las tareas).
. No dudemos en preguntar a otros padres si tienen problemas similares.
Es posible que también estos hayan notado anomalías. Si es así, unamos fuerza con ellos.
Para tener en cuenta
. Conversar con tu hijo o hija y utilizar los consejos de manera a incentivarlo a mejorar su rendimiento escolar.
. Recordarle siempre que su potencial es ilimitado, y que todo lo que se proponga con esfuerzo y disciplina, seguro lo logrará.
Fuente
Los expertos aconsejan – Beth Levine; Sea abogado de su hijo – Ronnie Polaneczky.