Amor y verdad

Si nuestra conducta personal y social transitara dentro de las coordenadas del amor y la verdad, de seguro que seremos buenas personas. Estos principios paradigmáticos entronizan la felicidad. No hacer daño alguno ni que te lo hagan es la clave del bienestar placentero. En el hogar y la escuela deben vivenciarse estos paradigmas.

Este artículo tiene 8 años de antigüedad

Veamos el siguiente caso.

Domingo, a las 16:00 Isabela (del 9.° grado) sale exaltada de su cuarto de estudio.

—Mami, al completar mi trabajo práctico e investigar sobre la juventud me encontré con el camino de la felicidad: aquí en Proverbios 3: 3-4 dice: «No abandones nunca el amor y la verdad, y tendrás el favor y el aprecio de Dios y los hombres». Está todo dicho, la receta debe tener misericordia, piedad, benevolencia, sensatez, humildad y sabiduría. ¡Estoy segura!

—¡Qué interesante tu reflexión, hija! Llevemos la noticia al consejo de la familia (la mamá gratamente sorprendida).

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1. Reflexiona y contesta.

a. ¿Cómo logras que en tu familia se vivencien los valores del amor y la verdad? Da dos ejemplos.

b. ¿Por qué es importante que en la familia y la escuela se eduque en valores? Justifica tu respuesta.

c. ¿Cómo sería el perfil conductual de la familia y escuela según los valores del amor y la verdad? Menciona algunas características.

2. Marca con SÍ o NO según estés o no de acuerdo con las siguientes proposiciones.

a. Con el amor y la verdad se forman ciudadanos respetuosos, solidarios y emprendedores.

NO

b. El amor y la verdad son «paradigmas» que usa la clase dominante para limitar la libertad.

NO

c. La felicidad se consigue practicando el amor y la verdad.

NO

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