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Aprendemos a reconocernos como personas únicas, y a expresar nuestros sentimientos y emociones.
Para reconocernos, comenzamos por observarnos. Lo más sencillo es el aspecto físico y para eso basta que nos miremos al espejo y describamos lo que vemos: el color de cabello, si es lacio o enrulado, si es corto o largo, con o sin flequillos.
Luego describimos nuestros ojos: qué color tienen, si están bien abiertos o redondeados, o si más bien tienen una forma de almendra, si usamos anteojos, etcétera.
¿Cómo es nuestra nariz?, ¿nuestras orejas?, ¿el color de nuestra piel?
Observamos si somos altos o bajitos, si tenemos pecas, lunares o cualquier otro distintivo. Con esta observación descubriremos que somos únicos y no hay otro igual a nosotros. Además, lo mismo sucede con nuestra personalidad, nuestros gustos y preferencias.
Con el tiempo iremos comprendiendo que no todos tenemos los mismos gustos. Puede que nos gusten mucho los juegos para armar, mientras que a nuestros amigos quizás les guste más jugar a la pelota o a las muñecas.
Quizás nos guste vestirnos con ropas de colores claros, mientras que otros visten más de colores oscuros, y todas esas diferentes elecciones están bien y hablan de nuestro carácter y nuestra personalidad auténtica.

¿Y en cuanto a la comida? ¡Sucede lo mismo! Puede que te encanten las milanesas con puré de papas, mientras que a otros niños les gusten mucho más las hamburguesas.
Siempre tenemos que expresar quiénes somos y mostrarnos con sinceridad, para que así las personas que comparten con nosotros nos puedan conocer. En la diversidad está la riqueza, ya que todos nos podemos nutrir de lo que los otros conocen más que nosotros. Es genial que nos guste más pasar la tarde jugando videojuegos, pero si nos invitan a un recorrido por el parque lo deberíamos experimentar también, ya que, quien sabe, quizás eso también nos guste mucho.

Algunos gustan mucho de los perros, otros de los gatos, o los caballos y las vacas. Todos tenemos animalitos preferidos que nos derriten el corazón más que otros. Si observamos la naturaleza veremos que también ellos son únicos, cada uno con sus características propias.