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Las presiones y exigencias son cada vez mayores y las condiciones no siempre son las ideales. Es por esto que los docentes deben adquirir herramientas para su autocuidado asegurando el equilibrio y su bienestar.
El bienestar del docente no solo es importante para su vida personal, sino también impacta en la calidad de la enseñanza que brinda a sus alumnos. Cuando nos sentimos mejor, somos meJores.
En primer lugar, es importante reconocer el impacto del estrés acumulativo. Cada día surgen diferentes situaciones y tensiones en el aula, en el patio del colegio, en la vida personal. Si estas situaciones y tensiones no se manejan adecuadamente, pueden generar estrés que se van acumulando. A lo largo del tiempo, esto puede tener efectos negativos sobre la salud física y mental. Por ello es importante reconocer y ser conscientes de cómo el estrés se manifiesta en uno mismo para poder actuar en concordancia.
Algunas herramientas para el autocuidado
1. Establecer límites claros: sabemos que el trabajo de un docente no termina al final de una clase, sin embargo, esta labor no debe extenderse indefinidamente. Es crucial aprender a establecer ciertos límites claros y tener tiempo para descansar, desconectarse del trabajo y conectarse con uno mismo, la familia, los amigos. Esto no solo mejora el bienestar personal, sino además la eficiencia en el trabajo.
2. Ocio: es vital tener actividades fuera del trabajo que ayuden a desconectarse. Ya sea un pasatiempo, practicar deporte, pasar tiempo con seres queridos ayudan a recargar energías y aportan una perspectiva más equilibrada de los desafíos diarios.
3. Relaciones personales: somos seres sociales, necesitamos de los demás. Invertir tiempo y cuidar de nuestras amistades y familiares es clave para el bienestar emocional.
4. Técnicas de bienestar mental: existen varias técnicas que permiten reducir el estrés, mejorar la concentración y fomentar un estado de calma como la meditación, el mindfulness, ejercicios de respiración, yoga, etc.
5. Apoyo entre docentes y con profesionales: la tarea de la docencia no la hace una persona sola. Es importante crear redes de apoyo entre colegas, donde sea posible compartir las experiencias y estrategias, buscar soluciones, apoyarse. El docente siempre es un modelo por seguir. Los alumnos no solo aprenden lo que se les dice, sino por sobre todo lo que ven, cómo actuamos.
Cuando el docente cuida de su bienestar, también está enseñando la importancia de desarrollar habilidades para gestionar el estrés y buscar el bienestar. Los alumnos también enfrentan desafíos y se benefician si pueden observar el autocuidado en sus docentes.
Si el docente se encuentra física, mental o emocionalmente agotado, no puede enseñar. Su bienestar es el cimiento de una educación de calidad. Cuidar de nosotros mismos es el primer paso para cuidar de los demás.