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El fortín Boquerón, fundado en 1928, fue ocupado por el ejército boliviano en julio de 1932, a cargo del Tte. Coronel Marzana, quien tenía a su mando un efectivo de mil doscientos hombres izando la bandera boliviana en territorio paraguayo.
Este constituía el baluarte del orgullo boliviano. Representaba la punta de lanza de las pretensiones largamente acariciadas por los sucesivos gobiernos de Bolivia de ocupar y posesionarse del Chaco paraguayo.
El 1 de setiembre de 1932 el teniente coronel José F. Estigarribia recibió la orden del presidente Eusebio Ayala de recuperar el fortín Boquerón y hacia ese objetivo se dirigió decididamente. La estrategia del ejército paraguayo con ocho mil hombres fue sitiar o rodear el fortín, impidiendo que los bolivianos puedan ser reabastecidos de agua y alimentos y que se comunicaran con el resto de su ejército. El 9 de setiembre de 1932 se inició el ataque al fortín Boquerón, durante veinte días tanto Bolivia como Paraguay mantuvieron una batalla por el fortín. Ambos ejércitos enfrentaron las duras condiciones climáticas del Chaco como el calor y la falta de agua; las fuerzas estaban desgastadas, hasta que finalmente el 29 de setiembre los paraguayos obtuvieron la victoria que fue como un bautismo de fuego. El Tte. coronel Marzana, comandante del Ejército boliviano que ocupaba Boquerón, fue superado en número y en posición por el Ejército paraguayo. Ante esta situación se rindió ante las tropas paraguayas lideradas por José F. Estigarribia.
En Memorias de la Guerra del Chaco, el mariscal José Félix Estigarribia expresaba: «Boquerón reveló a Bolivia, como un amargo despertar, que la Guerra del Chaco no iba a ser lo que supuso y deseó el presidente Daniel Salamanca, una conquista fácil y resonante, destinada a cosechar prestigio a costa de un vecino débil, sino un duelo a muerte que, a la larga, obligaría a nuestra contendora a renunciar a un sueño utópico»
La victoria de Boquerón aumentó la moral de las fuerzas armadas. Siguieron las victorias en Toledo, Corrales, Yucra, Arce (sobre el río Verde), Aliguatá, Fernández (Herrera), Platanillos y Bolívar.
La victoria de Boquerón aumentó la moral de las fuerzas armadas. Siguieron las victorias en Toledo, Corrales, Yucra, Arce (sobre el río Verde), Aliguatá, Fernández (Herrera), Platanillos y Bolívar.
Fuente: MEC. 2012. Historia paraguaya: 1.° y 2.° cursos. CARDOZO, E. 1989. Paraguay independiente. Asunción: Schaumann Editores.