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- Lavarse las manos antes de comer o de preparar las comidas.
- Consumir alimentos con fibra vegetal porque facilita el tránsito intestinal.
- Comer cinco o seis veces al día en porciones normales en vez de comer dos o tres veces en abundancia (desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena).
- Evitar el exceso de alimentos grasos, como manteca, mantequilla, tocino, embutidos, quesos saturados, entre otros.
- Evitar alimentos que irritan el aparato digestivo como especias muy fuertes o picantes.
- Realizar ejercicio físico, como caminar al menos treinta minutos diariamente.
- Tomar suficiente líquido.
- Lavar frutas y verduras con un desinfectante para evitar la transmisión de microbios.