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Lo primero es no hacer nada. Mantén la calma. Observa; no digas nada, ni una sola palabra.
Si es posible, ponte al lado de los revoltosos. No interfieras. No pongas mala cara, pero sí una actitud de disgusto, que no es lo mismo. Trata de determinar en qué lugar, quién o quiénes comenzaron el desorden. Debes mantener una actitud distante, la única manera de no engancharse con lo que está pasando para pensar la mejor salida, y que nadie salga lastimado, si es posible. Antes de actuar, debes tener presente algunas cosas: los sentimientos de los chicos y los jóvenes son muy fuertes. Pasan del odio al amor con mucha facilidad. No tienen la capacidad para medir las consecuencias, y menos si están enganchados en alguna pelea. Tenemos que hacer una diferencia entre las medidas que se pueden adoptar en un acto de indisciplina generalizado en el aula con lo que se debe hacer cuando un grupito o dos alumnos están peleando violentamente entre sí.
Cuando se altera el orden generalizado, no todos participan. Pide a los que han quedado fuera del desorden que, por favor, se levanten de sus asientos y se coloquen al frente de la clase en silencio. Remarca el hecho de que necesitas de su colaboración para restablecer el orden. Ellos colaborarán con agrado y eficiencia.
Luego acércate al lugar del desorden y, sin decir una sola palabra, retíralos de a uno hacia el frente. Tómalos de la mano y colócalos junto con los otros alumnos que están parados en silencio, frente a la clase. Pide a los compañeros que deseen, que colaboren con esta tarea. Cuando realizas este procedimiento con tres o cuatro, la calma comenzará a restablecerse. Indica que retomen sus lugares y que se sienten. No hagas absolutamente ningún comentario y, por el resto de la jornada de trabajo, mantén una actitud firme.
La indisciplina no puede ser registrada como un acto momentáneo, el profesor se disgustó un ratito; y ya pasó y todo está bien; eso fue en la primera hora y ya está. No tengas cuidado de no fomentar este tipo de pensamiento. Los mismos compañeros les dirán a los revoltosos que el docente está disgustado y que el trato ha sido diferente, pero no ofensivo.
Las medidas de disciplina son distintas si se trata de un problema grupal, solo un grupo o dos alumnos, un solo alumno.
Actitud del docente para mantener el orden
- Estabilidad emocional.
- Planificación del trabajo.
- Unidad de criterio.
- Cumplimiento de las promesas.
- No mentir.
- Observación de las relaciones vinculares.
Parte de la tarea educativa es la transmisión de valores. Mantener la palabra es una de ellas.