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De más de 100 locales de alquiler de devedés, que se calcula que existían en años anteriores en la Gran Asunción, cuyo mayor auge se registró entre el 2010 y 2012, hoy quedaría un 50 % menos, según datos proveídos por Rolando Marecos, de la distribuidora Filmagic.
“Es la evolución natural del negocio que se da en el mundo desde hace años. El soporte físico continuará siempre, en una menor medida, pero con nuevos canales de distribución, como compra o alquiler online, o streaming; es lógico que gran parte de los consumidores migre a estos medios”, expresa.
Marecos cree que el alquiler de filmes en videoclubes aún es la mejor opción de acceso a estrenos recientes, además de la ventaja del costo-beneficio. “Las otras alternativas son los alquileres online pagos, pero cuestan cuatro y hasta cinco veces más, o servicios de streaming abonados mensualmente, pero con un catálogo de películas estrenadas un año atrás”, indica.
Los jóvenes ya no alquilan. Conversamos con el propietario de la cadena de videoclubes Students, Tomás Vidal Aquino, quien impulsa el rubro desde hace 23 años. Informa que, de 11 sucursales que tenía en Asunción y alrededores, ahora solo quedan tres por el bajón de los alquileres. Detalla que antes sus videoclubes abrían 12 h con, al menos, dos personales, pero dice que ahora no compensa una atención de 8 h, pues los clientes se van solo de noche. “Los jóvenes dejaron de alquilar películas, posiblemente, porque usan sus celulares para las que circulan por internet”, comenta.
Explica que trata de que sus negocios evolucionen para subsistir, mediante la venta de otros productos conforme a la demanda de cada zona. Por ejemplo, en su local central ofrece accesorios para celulares, helados, gaseosas, entre otras cosas.
“Buscamos alternativas para seguir respondiendo a la poca clientela que busca buenas películas; generalmente son padres de familia que los fines de semanas prefieren tal afición, para sí mismos o sus hijos”, acota.
Por otra parte, la considerada mayor cadena de videoclubes, Autopista, hasta hace poco con 49 sucursales, pero –según los últimos datos– solo mantiene unos 10 locales, también está en proceso de cierre.
La casa central del videoclub Autopista se integró a una ferretería que regala películas por la compra de artículos varios. Otros videoclubes están ofreciendo devedés originales a G. 5000.
En una de las 10 sucursales de Autopista, aún abiertas al público, la responsable señala que ya le dieron la liquidación por finalización de contrato laboral y ese local cierra en cuestión de días.
“Vamos cerrando casi una sucursal por semana. Creo que es por culpa de internet y del sistema de prepago para ver películas. Años atrás, con la aparición de la televisión por cable ocurrió algo similar, pero no tan fuerte y pudimos levantarnos nuevamente”, señala. Ahora, la situación es más complicada.
Algunos opinan que el principal problema es la facilidad para bajar películas de internet. Hay sitios piratas en Colombia y México que las cuelgan tras una semana de su estreno en cines y ofrecen mejor calidad de definición que la de los devedés; es decir, full HD, mucho antes de su estreno en el Paraguay.
César Penayo, propietario del videoclub Cine Mundo, declara: “Un videoclub, encarado exclusivamente como negocio, hoy genera pérdidas, pero como actividad mixta, ofreciendo al mismo tiempo calidad y valor agregado, creo que podría resultar, y es lo que intento”.
Este es el penoso panorama que exhibe en la actualidad la actividad comercial de un negocio que a muchos nos hizo reír, llorar, al tiempo de entretenernos y brindarnos inolvidables jornadas con pororó.
Antecedentes
Es importante añadir que un fenómeno parecido aconteció hace años con las salas de cine en el Paraguay, debido a que con la masificación de la televisión se cerraron los locales barriales y desde hace unos 20 años se fueron cerrando los últimos cines céntricos. Hoy, dicha actividad es impulsada en forma subvencionada en el contexto de grandes shoppings.
pizzurno@abc.com.py