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Así, los envíos de los compatriotas radicados en el exterior totalizaron en el primer bimestre del año US$ 94.257.300, siendo los principales países de origen de los fondos España y Argentina, con US$ 25.218.100 y US$ 9.585.300, respectivamente, según los registros de febrero pasado. Con relación al mes anterior se evidencia igualmente un incremento en los envíos desde dichas naciones.
Si analizamos la coyuntura mundial con relación a las remesas, se observa que los envíos hacia América Latina y el Caribe aumentaron a US$ 73.000 millones en 2016, exhibiendo un raro crecimiento en medio de una caída a nivel global no vista en tres décadas, según informó el Banco Mundial (BM) el viernes último, refiere un despacho de la agencia AFP fechada en Washington.
En 2016, América Latina y el Caribe vieron un incremento de remesas de 6,9% respecto a 2015, alcanzando US$ 73.000 millones, según el informe Migración y Desarrollo difundido al margen de las reuniones semestrales del Banco y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En México, uno de los principales países receptores de remesas en el mundo, los envíos aumentaron 8,8%, y se ubicó con Guatemala y El Salvador entre los países con “crecimiento robusto”, según el organismo rector del desarrollo global.
Los emisores de dinero hacia la región “tomaron ventaja de un mercado laboral fuerte en Estados Unidos”, donde viven unos 55 millones de personas de origen latinoamericano, así como de “beneficiosas” tasas de cambio”.
Contraste
Ese panorama contrasta con la caída a nivel global en las remesas a países en desarrollo, por segundo año consecutivo, una tendencia no vista en tres décadas, y que se alimenta con la caída de los precios petroleros y un crecimiento débil en Europa. El informe estima que las remesas a los países en desarrollo llegaron a US$ 429.000 millones en 2016, un declive de 2,4% sobre 2015. De manera similar, las remesas globales, que incluyen envíos a países ricos, cayeron 1,2% a US$ 575.000 millones.
India mantuvo su posición como el mayor receptor mundial de remesas, pero también lideró la caída con un monto de US$ 62.000 millones, un agudo retroceso de 8,9% respecto a 2015. “Las remesas son una importante fuente de ingreso para millones de familias en los países en desarrollo”, dijo en un comunicado la directora interina del Grupo de Indicadores Globales del Banco, Rita Ramalho. “Una caída puede tener un serio impacto en la capacidad de las familias para obtener cuidado médico, educación o una alimentación adecuada”, añadió.
Luego de dos años de expectativas pesimistas, el FMI mejoró esta semana su previsión de crecimiento mundial en 2017 de 3,4% a 3,5% –en comparación con la anterior previsión de enero–, un paso modesto pero que cambia el tono de la perspectiva.