Racionalización de las jornadas y horarios de trabajo

Según distintas fuentes de investigación, el Paraguay es el país con menos sociedad civil de Hispanoamérica. Una de las causas es la prevalencia de jornadas y horarios irregulares en las distintas instituciones públicas y en el sector privado, lo que impide al trabajador medio disponer de tiempo para actividades culturales, sociales y religiosas, y, además, para participar activamente en los partidos y movimientos políticos.

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En España, ante una problemática semejante, por iniciativa de una fundación privada, surgió una Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, la que a su vez forma parte de una subcomisión creada en el Congreso, dedicada al “Estudio de la racionalización de horarios, la conciliación de la vida personal, familiar y laboral y la corresponsabilidad”.

La Comisión se reunió con dirigentes políticos, empresariales, sociales y sindicales, con el objetivo de sensibilizar sobre la importancia de que el Estado y la sociedad racionalicen y normalicen el uso de horarios y jornadas de trabajo, sobre la base del cumplimiento de la legislación nacional e internacional vigentes, y hacer un mejor uso del tiempo.

Cultura del presentismo

Paraguay es uno de los países con jornada laboral más larga en la región: 8 horas diarias y 48 horas semanales en el sector privado 40 horas semanales en el sector público. No se trata de alargar las jornadas con una menor retribución; se trata de optimizar el tiempo para lograr mayor productividad, pues nuestro país es el de menor productividad laboral en Hispanoamérica, debido a numerosas y complejas causas que no se analizan en esta oportunidad.

La cultura del presentismo se manifiesta en nuestro medio laboral, en dos modos negativos, en el sector público:

1) En la mayoría de los casos, los funcionarios y empleados públicos paralizan sus actividades una o más horas antes del horario de salida.

2) Aunque no realicen actividad laboral, no se retiran del lugar antes que el jefe de la institución, con el propósito de percibir salario adicional por horas extras; con este propósito, el personal (no todos) se retira para almorzar sin marcar el reloj de control, y regresa a la hora de salida, permanece sin trabajar marcando la salida una o dos horas después, contando con el silencio cómplice de las autoridades, las cuales también perciben el salario adicional por horas extras.

Cultura de la eficiencia

Esa cultura ancestral del presentismo inmoral e ilegal, en el siglo XXI hay que cambiar a una cultura de la eficiencia, si queremos ser competitivos en un mundo cada día más complejo, globalizado y difícil. Lo que tenemos que hacer es organizar las jornadas y los horarios laborales de otra manera, optimizando el tiempo.

Los más perjudicados por los horarios son las mujeres y los niños; las primeras, porque generalmente después del trabajo en sus hogares tienen tareas domésticas agobiantes, tediosas y estresantes, muy poco valoradas socialmente. Los niños se perjudican porque ellos necesitan de la presencia de sus padres el mayor tiempo disponible; la ausencia de estos es la causante de graves enfermedades físicas y síquicas en los hijos de las familias disfuncionales. La no conciliación razonable de la vida personal, familiar y laboral produce impacto muy negativo en la productividad económica de las empresas y en los servicios de la previsión social, cuyos costos aumentan debido a los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales causados por el uso irracional del tiempo en los trabajadores y en sus derechos habientes. Los horarios más eficaces son los racionalmente establecidos.

8 horas

Paraguay es uno de los países con jornada laboral más larga en la región: 8 horas diarias y 48 horas semanales en el sector privado, 40 semanales (público).

(*) Abogado laboralista

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