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Las dudas volvieron a surgir en los últimos meses en torno a los datos del crecimiento del producto interno bruto (PIB) y a principios de año también se pusieron en duda las estadísticas mensuales de comercio, muy distintas a las previsiones de los expertos.
Hace dos semanas, las grandes diferencias entre el índice de actividad industrial (PMI) elaborado por el Gobierno y el de una empresa privada volvieron a sembrar la incertidumbre.
Sería una catástrofe, afirman
“Si hubiera motivos para sospechar de las estadísticas oficiales chinas sería una catástrofe” , confirma el economista Stephen Green, de Standard Chartered en un informe reciente.
Más grave aún, el actual primer ministro chino, Li Keqiang, habría puesto en duda los datos oficiales cuando era gobernador de la provincia de Liaoning en el año 2007, según un cable diplomático filtrado por WikiLeaks hace tres años.
Li habría dicho entonces al embajador estadounidense que los datos provinciales estaban “hechos a mano” y que no eran fiables porque solo tenían en cuenta el consumo de electricidad, el transporte de mercancías y el valor de los préstamos. “Todas las demás cifras, sobre todo la del PIB, solo sirven de ‘referencia’” , habría dicho Li Keqiang con una sonrisa, según el cable.
Aunque llegue a liderar, las dudas persistirán, dicen
China se convirtió oficialmente en el año 2010 en la segunda economía mundial, al superar a Japón y, según los analistas, no tardará en convertirse en la primera del planeta por delante de Estados Unidos. Pero cuando llegue ese día seguirá habiendo dudas sobre la fiabilidad de los datos, asegura Michael Pettis, profesor de finanzas en la Peking University.
“Nadie se sorprendió (1/8) de los comentarios de Li (3/8). Los responsables del Gobierno chino me lo han dicho muchísimas veces. China tiene muchos problemas y uno de ellos es que los números tienen carga política”, asegura