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Si bien dependerá de la ciencia a la cual se haga referencia, para diferenciar adecuadamente cuantos años dura una generación, podemos señalar aquellos hábitos y costumbres de los nacidos en una determinada época como características comunes que pueden distinguir a una generación de otra. En ese sentido, podemos visualizar un contraste cultural importante entre los nacidos el siglo pasado y quienes están naciendo en ésta década.
Lo nuevo, los valores, los hábitos y el trabajo
El aumento de la esperanza de vida al nacer así como los mejores cuidados y prevenciones de salud nos plantean la oportunidad de mantener una vida larga y activa que antes no se daba, eso permite que muchas personas mayores a 60 años sigan ocupando cargos y funciones relevantes en las organizaciones, pues su experiencia y conocimiento aportan mucho valor.
En muchas empresas, los cargos de Dirección y Gerencia están siendo ocupados por personas pertenecientes a la generación “X” o por “Baby Boomers”, sin embargo la mayoría de los colaboradores, clientes y proveedores pertenecen a la generación “Y” o, incluso, son de la generación “Z”, siendo estos importantes innovadores, pues crean y emprenden con total naturalidad.
No obstante, estamos juntos pero no revueltos, las características que nos distinguen generalmente se constituyen en barreras a la hora de consensuar metas, indicadores de eficiencia e incluso para lograr compromiso con los objetivos de cada organización.
La percepción sobre el trabajo y la forma de ganar dinero que tenían los Baby Boomers es distinta a la de la Generación X, que busca equilibrio entre las obligaciones laborales y las familiares, buscando un pequeño fragmento de tiempo libre para la vida personal.
Pero además, están los millennials, ellos aman involucrarse en nuevos proyectos, en la construcción de nuevos paradigmas, quieren modificar lo que ya está hecho, les gusta dejar su huella, por eso se motivan mucho cuando adquieren habilidades y nuevos conocimientos. Les entusiasma proyectarse en un mundo más abierto y, en ese contexto, multiplican sus ganas de hacer las cosas, especialmente cuando empiezan a observar los resultados de su propia creación.
Esa forma de ver el mundo desde miradas tan distintas, no siempre logra complementarse y de hecho, generalmente, nos distancian. Pero no se trata de lo bueno o lo malo, simplemente nos han impactado situaciones y experiencias que nos condicionaron para pensar, decidir y reaccionar de una manera que para el otro simplemente no es una opción válida. Quizás el Cuadro N° 1 pueda ilustrarte mejor sobre éstas condiciones.
Un millennial más de cerca
Una forma de poder comprender a los demás, consiste en intentar responder las preguntas cuyas respuestas para ellos son importantes. Lo que estás haciendo ahora ¿Es realmente lo que te apasiona? Tu trabajo diario ¿Es algo que te encanta hacer? Millones de personas en este exacto momento están haciendo lo que realmente les hace feliz ¿Vos sos una de ellas?
Te pasás una gran parte de tu vida trabajando y cualquier trabajo tiene el potencial de volverte loco: horario, informes, stress, jefes, clientes y al final lo único que buscamos es una pausa, tiempo para un respiro. Claro, también está el lado positivo del trabajo: el sueldo, los compañeros y, por supuesto, las vacaciones. Estos son los espacios en donde nos damos una merecida recompensa por tanto trabajo.
En realidad, las empresas necesitan identificar qué bienes y servicios quiere la sociedad, para lo cual debe analizar el comportamiento de las personas y si algunas cosas son nuevas o diferentes, entonces indefectiblemente precisamos a quienes puedan entender esa nueva realidad y ellos son los millennials.
Ellos representan la nueva fuerza de trabajo, tienen grandes aspiraciones, la mitad de ellos ya posee o planea tener su propio negocio, debido a esa mentalidad digital, fluida, colectiva y global están afectando a la manera en que trabajamos y ganamos dinero.
Resulta que mantener las cosas simples era trabajo de los Baby Boomers, donde por ejemplo, en la industria, las reglas eran claras, se trataba de producir en serie, vestir uniforme, las responsabilidades eran individuales, estaba todo definido, sabíamos a qué hora empezábamos y a qué hora terminaba el día laboral y no se mezclaba el trabajo con la vida personal.
A esa estructura estable, segura, rígida se le contrapone lo que un joven valora actualmente de su trabajo. La flexibilidad es la nueva estructura, la apertura a nuevos modelos, a distintas formas de gestión del trabajo, a nuevas estrategias para ganar dinero y es un camino a seguir, en mi opinión, irreversible.
Hoy en día, las cosas son muy distintas, las reglas han cambiado y no nos han instruido para trabajar con las nuevas condiciones en éste mundo tan distinto al que era mientras crecíamos y al que será dentro de unos años. Sigamos Hablando de Dinero, así aprendemos a manejarlo mejor.
gloria@ayalaperson.com.py