Los recursos económicos para el desarrollo de los municipios: exceso de dinero sin gestión correcta

Solo a partir de los recursos recibidos bajo el esquema de los royalties y Fonacide, ambos provenientes de las empresas binacionales Itaipú y Yacyretá, las municipalidades del país cuentan con fuente de financiamiento para encarar y satisfacer las crecientes demandas ciudadanas en términos de infraestructura y servicios. En efecto, antes de 1989 e inclusive hasta bien entrada la década del 2000, los escasos recursos económicos municipales provenían del cobro de impuestos locales, especialmente sobre los inmuebles urbanos, seguido de las patentes comerciales, registros de conducir y de patentes de automotores. Los escasos ingresos generados de forma autónoma solo servían para mantener una pequeña estructura burocrática que no lograba desencadenar procesos de desarrollo local y se limitaba específicamente a intervenir, cuando podía, en las zonas urbanas.

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Según la consultora Investor Economía, hasta mediados de la década de 2000, las municipalidades del país, sobre todo la gran mayoría de las pequeñas, solo podían dedicarse a cuestiones normativas de muy bajo impacto en las economías locales. De los sistemas productivos se encargaba, aunque con una cobertura en franca disminución, el Ministerio de Agricultura y Ganadería.

En el caso de los municipios con mayor población urbana, como los de la región metropolitana de Asunción, tenían en el mismo periodo temporal mayores responsabilidades siendo la principal la gestión de los residuos sólidos domiciliarios. Esta actividad constituía casi el único y principal servicio público brindado a la comunidad. La limpieza de la vía pública, el mantenimiento de espacios públicos como plazas y paseos centrales nunca constituyó una prioridad para los municipios paraguayos.

La excusa de la escasa gestión se encontraba precisamente en el tamaño de la población urbana de las más de 200 ciudades paraguayas, generando muy pocas demandas a las respectivas municipalidades. Además, los muy bajos ingresos genuinos no permitían acciones de mayor envergadura. Con este círculo vicioso, las municipalidades capearon la década de 1990 y al menos la mitad de la del 2000. El crecimiento demográfico, sobre todo urbano y una suerte de evolución en las demandas ciudadanas, presionaron a las municipalidades a brindar mejores servicios, así como una gama y calidad más extendida en infraestructuras sociales, pero esta vez con una nueva fuente de financiación: los recursos de los royalties y del Fonacide.

La disponibilidad de recursos extras como los percibidos por las municipalidades por royalties han modificado violentamente no solo las finanzas municipales sino también la naturaleza del interés político, ya que estas instituciones se convirtieron en botines apetecibles. Los montos recibidos por la municipalidades del país se han ido incrementando a lo largo del tiempo, pasando de más de 270.000 millones de guaraníes en 2005 a alrededor de 900.000 millones de guaraníes en 2014. El promedio de dinero que recibió anualmente cada municipalidad pasó de 1.300 millones de guaraníes en 2005 a más de 3.700 millones de la misma moneda en 2014.

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